Curso de autoestima 078

Curso de autoestima 78

78. Superando La Culpa

Autoestima 078- Superando la culpa – Curso de autoestima – Podcast en iVoox

«La gente siempre está culpando a sus circunstancias por lo que son. Yo no creo en las circunstancias. Las personas que se adueñan de este mundo son quienes se levantan y visionan las circunstancias que desean y, si no logran encontrarlas, las construyen».

–George Bernard Shaw

            ¿Se siente usted culpable por algo?, ¿Ha intentado alguna vez superar ese sentimiento?, ¿Pudo lograrlo?, ¿Sabe por qué?. La culpa es uno de los sentimientos que nuestro ego emplea para condicionarnos, aunque originalmente una creación nuestra, el ego, a medida que vamos otorgándole más y más poder, adquiere lo que podríamos llamar por simplificar cierto grado de autonomía.

            Nuestras formaciones mentales, nuestros paradigmas, hábitos y pensamientos matizan nuestra percepción la realidad, y es desde estos que podemos percibir, clara o distorsionadamente, el papel que desempeñamos en nuestro medio. Es aquí donde el sentimiento de culpa juega un papel importante en la forma como nos relacionamos con las demás personas.

            ¿Cómo?, seguramente se preguntará usted, ¿Puede el sentimiento de culpa tener un papel importante en nuestras relaciones?, simplemente porque se lo permitimos, si, es algo que hacemos conscientemente, aunque tal vez engañados. ¿Confuso?, en realidad es muy sencillo una vez que se comprende el mecanismo que emplea el ego para darle relevancia a la culpa, veamos.

            Difícilmente una persona en su sano juicio le daría importancia a un sentimiento que no le beneficia como lo es la culpa, pero y ¿Si pensara que no es culpa pero responsabilidad, o importancia?. ¿Qué sucede entonces?, el ego rara vez muestra la culpa como tal, trata de disfrazarla haciéndonos sentir importantes o responsables por realizar ciertas acciones, de esta manera la hace parecer importante y nos convence de aceptarla.

            Veamos ahora dos de las formas más comunes como el ego disfraza la culpa para engañarnos.

La Culpa disfrazada de Importancia

¿Ha conocido alguna vez a una de esas personas que siempre le buscan exclusivamente para que escuche sus quejas, su exposición de como la vida le ha convertido en un(a) mártir, y lo imposible que le resulta superar esas situaciones?.

¿Le escucha?, ¿Alguna vez le ha dicho que no le puede escuchar?, ¿Sabe por qué?. Comprender esto es sencillo al analizar como se siente usted al final de ese intercambio, ¿Lo ha notado?, muy probablemente siente que la experiencia le agotó, y ¿La otra persona?, muy probablemente se va dándole las gracias porque se siente mejor después de hablar con usted. ¿Cómo le hace sentir esto último?.

            Su respuesta a la anterior pregunta es clave para comprender como funciona la culpa cuando se disfraza de importancia. Aunque el compartir de esa manera con una persona le agote, si usted elige pensar que él o ella no tiene nadie más que le escuche puede que se sienta culpable solo de pensar en dejar de escucharle.

            Para justificar el continuar escuchando a esta persona, aun a pesar de resultarle desfavorable a usted, elige sentirse importante por ser la única persona que le hace sentirse bien cuando escucha su repetitiva narrativa. Se siente importante porque elige pensar que la otra persona le necesita.

            Al permitir que lo anterior suceda, le permite a la culpa controlar sus acciones. ¿Es esto lo que usted quiere?, por supuesto que no, los seres humanos somos libres, y por eso deberíamos siempre sentirnos libres de actuar sin acondicionamientos, pero ¿Cómo lograrlo?.

            Es muy sencillo, simplemente deténgase por un momento y pregúntese ¿Creó usted las condiciones de vida que esa persona experimenta?, ¿Es usted responsable por él o ella?, ¿Se siente usted como un paño de lagrimas?, ¿Está esa persona interesada en ayudarse a si misma? ó ¿Simplemente le utiliza para mantener su rol de víctima?, ¿Es a usted a quien él o ella necesita o cualquiera dispuesto a escuchar le serviría? y ¿Quiere esa persona realmente organizar su vida?, ó ¿De alguna manera «disfruta» las situaciones de las cuales no quiere salir?.

            Responda las anteriores preguntas lo más sinceramente posible, las respuestas que obtenga le permitirán comprender mucho mejor la situación.

            Tome en consideración que en vez de ayudarle podría estar usted interfiriendo. Si, interfiriendo, tal vez al escuchar a esa persona estaría usted privándole de la oportunidad de crecer. El permitirle seguir su camino podría darle la oportunidad a usted también de liberar su necesidad de sentirse importante y necesitado.

            La culpa podría hacerle sentir la necesidad de mantenerse en esta situación, si experimenta esto reflexione sobre lo siguiente: «El permitirle a la otra persona vivir su vida, a la vez le permite a usted vivir la suya». ¿Hay alguien que no encuentre esto deseable?.

            En este punto cabe considerar si es necesario sentirse culpable cuando ocasionalmente le dice que no a una persona, ¿Usted que cree?. ¿Es necesario sentirse culpable por ser incapaz de dar más allá de su capacidad?, aunque es deseable siempre compartir libremente de forma amorosa, es importante recordar que nadie puede dar lo que no tiene, y si usted da lo mejor de si mismo y lo hace de corazón entonces no hay lugar para la culpa.

            El sentirse responsable por todo aquel que se cruza en su camino podría darle un falso sentido de importancia, podría hacerle sentir necesitado, pero a la vez la culpa empleando esos disfraces podría atraparle. Liberarse de esa culpa les permitiría a los demás asumir su propia responsabilidad, y la vez le permitiría a usted ocuparse de su vida.

La Culpa disfrazada de Responsabilidad

            Al disfrazarse de un falso sentido de responsabilidad la culpa podría hacerle sentir responsable aun cuando no lo es. Es aquí cuando le asaltan los pensamientos de: debería haber hecho esto o aquello. Si alguna vez le sucede esto pregúntele a su ser interno, es allí, en su interior donde puede encontrar las repuestas que le permitan poner la situación en perspectiva. Su ser interno sabe que si usted hubiera tenido la oportunidad de hacer eso por lo que se lamenta lo habría hecho.

            Es importante mantener en perspectiva que somos seres en crecimiento, ninguno de nosotros es un producto terminado, siempre hay espacio para mejorar, en este sentido si decimos o hacemos algo que en un posterior análisis encontramos que pudimos haber hecho mejor de nada sirve sentirnos culpables por ello.

            A medida que avanzamos en la vida siempre podremos hacer las cosas mejor, si consideramos que es deseable podemos regresar sobre nuestros pasos y disculparnos con la persona a quien consideramos que herimos, o corregir nuestras acciones de la manera pertinente, pero manteniéndonos centrados en el presente.

            Recordemos que la vida, como cualquier otra escuela, nos brinda la oportunidad de aprender por ensayo y error, equivocarse es parte del aprendizaje, lo importante es aprender de nuestros errores para crecer y evitar repetirlos. Cuando tenemos la oportunidad de corregirnos, sentirnos culpables no aporta ningún beneficio.

            Es importante considerar que cada ser humano en algún momento elige su camino a seguir en la vida, idealmente esta decisión debería estar basada en un profundo análisis interno y una comprensión de nuestra inclinación, capacidad y destreza naturales desde la consciencia de ser libres de elegir lo que creemos nos conviene, conservando el derecho de rectificar si consideramos que erramos, y no por las presiones familiares, sociales y o religiosas. Esto se aplica particularmente a las decisiones de carrera.

            Nuestra primera responsabilidad es con nuestro bienestar, si nadie puede dar lo que no tiene, al no sentirnos bien con nosotros mismos no estaremos en capacidad de complacer a nadie, sin importar el nivel de culpa que seamos capaces de desarrollar.

            Lo anterior guarda estrecha relación con respecto a aquellas personas que por alguna razón piensan que alguien está siempre disponible para asistirles. Por supuesto que es deseable ayudar siempre que esté a nuestro alcance, pero cuando alguien trata de controlarle por medio de la culpa, haciéndole sentir responsable por las consecuencias de no ayudarle en determinado momento, aunque esté fuera de su alcance, es importante reflexionar donde quedamos situados como individuos.

            Es deseable conservar la perspectiva de nuestra identidad e individualidad, de otra manera lo que somos podría perderse en el proceso.

            Otro punto importante a tomar en consideración con respecto a sentirnos culpables por supuestas responsabilidades es que algunas veces podemos considerar que es más fácil permitir que otros nos controlen que hacer valer nuestros derechos. El análisis de este punto escapa el alcance de este artículo, pero podemos ayudarnos tomando en consideración unos detalles importantes.

            Al encontrarse ante situaciones en las cuales el complacer las necesidades de otros de alguna manera le hace negar o reprimir sus propias necesidades, ponga en una balanza aquello con lo cual podría vivir, y con que no.

            Podría decidir que es más fácil negar sus propias necesidades que vivir con la culpa de no complacer a otros. En este caso tome en consideración que la culpa que los demás arrojan sobre sus hombros, y usted acepta, podría ser demasiado como para permitirle ser feliz.

            Aquí entra en juego otro sentimiento estrechamente relacionado a la culpa y es el resentimiento, usted puede elegir complacerles pero como consecuencia desarrollar resentimiento, aunque se diga a si mismo que prefiere sentir resentimiento en vez de culpa, la culpa no pierde oportunidad para controlar la situación.

            Cabe preguntarse entonces, ¿Por qué tenemos que elegir entre uno y otro sentimiento que en nada nos favorece?, en realidad no tiene porque hacerlo, es simplemente una decisión, una elección, y por eso también podría elegir ser libre.

            Si alguna vez elige negar sus propias necesidades para complacer a otros, aun estando consciente que al hacerlo se perjudica, al menos trate de mantenerse alerta a este detalle. Esto le permitirá estar consciente de sus acciones y sus consecuencias, y podría ser el primer paso para superar esta y otras situaciones en su vida.

            La Culpa y los Secretos

            Esta es otra expresión de la culpa, es más individual, pero no por eso menos importante. Está relacionada con aquellas acciones que realizamos alguna vez en un distante pasado, nunca nos hemos atrevido a compartir con nadie y preferimos que nadie se entere al respecto.

            Son precisamente estos eventos que conservamos en nuestra memoria y nos esforzamos por mantener ocultos los que le facilitan a nuestro ego emplearlos para conectarse con la culpa, y en el caso particular de los secretos, frecuentemente también con el miedo, y la vergüenza.

            ¿Tiene usted algún «Gran» secreto?, ¿Alguna vez lo ha compartido con alguien?, ¿Por qué?. ¿Puede responde a esta última pregunta?, ¿Puede al menos reconocer que se lo impide?. Muy probablemente sea que usted le da más importancia a la opinión que tienen los demás de usted que a su propia opinión de si mismo.

            Esto último está estrechamente relacionado a la necesidad que siente usted de aprobación, tal vez siente que si alguien conoce «su secreto» (por muy insignificante que pueda parecer) jamás vuelvan a permitirle formar parte de su grupo.

            Los secretos guardan relación con nuestras creencias y paradigmas de lo que crecimos considerando que es «bueno», «aceptable» y «deseable».

            En ocasiones pequeños detalles ocurridos en la infancia y largamente olvidados para todos pudieran tener aun un efecto controlador sobre usted. Conocemos el caso de una señora, en la actualidad abuela de 6 nietos, que de niña rompió un florero por accidente, pero temiendo que le castigaran se aprovechó de no haber sido vista y decidió decir que había sido la mascota.

            Esta señora vivió más de 50 años con esa culpa a cuestas, sí, algo tan insignificante como eso le atormentaba, estaba convencida de que si alguien se llegara a enterar le considerarían «mala», y continuaba creyendo eso aun a pesar de haber transcurrido tantos años, y por supuesto se sentía así.

            ¿Qué hacer en casos como este?, afortunadamente el superar la culpa en el caso de los secretos es más sencillo que cuando involucra a otras personas. Simplemente contarlo a alguien nos libera, en serio, es así de sencillo, haga la prueba y se convencerá.

            La abuelita mencionada en el ejemplo lo creyó posible, por cosas de la vida pertenece a una familia de naturaleza longeva y su madre aun vive, un día decidió revelar su «secreto». ¿Resultado?, después de llorar al sentirse liberada de su culpa ambas se abrazaron para reír a carcajadas comentado lo increíble que les parecía a ambas que algo sin importancia pudiera haberle afectado toda su vida.

            Esto tiene que ver con la manera en que funcionan los secretos para nuestro ego.

            Existe una máxima filosófica que reza: «Así como piensas eres», y lo que somos es nuestro ser interno, nuestros pensamientos se encuentran en nuestro interior, dentro de nuestra mente, así podemos deducir que somos lo que guardamos dentro.  Y, ¿Si lo que guardamos dentro son secretos «oscuros» que nos hacen sentir «indignos»?, como cree que podamos ser entonces, seremos simplemente un reflejo de eso que guardamos, por eso es importante elegir apropiadamente lo que ingerimos como alimento interno a través de nuestros sentidos.

            El mecanismo de los secretos nos lleva a guardar aquello que consideramos detestable y a mostrar y compartir los tesoros. Supongamos que por el contrario echamos fuera lo detestable y guardamos los tesoros, ¿Qué cree que ocurriría entonces?, claro, es lógico, por supuesto que nos sentiríamos maravillosamente con nosotros mismos.

            ¿Acaso no es eso lo que todo ser humano desea?, si hay alguien que opine lo contrario que levante la mano, era de esperarse, todos se miran buscando quien levanta la mano pero nadie lo hace, y es que la felicidad es el estado natural del ser humano, todos lo deseamos. Deseamos ser Libres, vivir en Paz, Felicidad y Armonía.

            El detalle está en actuar coherentemente con lo que deseamos alcanzar. Si tiene algún secreto emplee su discriminación para encontrar alguien que sepa escucharle, sin emitir un juicio y que sepa comprenderle y brindarle el apoyo necesario para permitirle liberarse. Ofrézcase usted también a servirle a otra persona para el mismo efecto.

            Puede ser un perfecto extraño, no importa, lo importante es liberarse de ese peso que ha llevado consigo en la forma de ese secreto, una vez que lo cuente habrá perdido su poder sobre usted, si, solo tenia poder porque nadie más lo conocía, al revelarlo lo pierde, la culpa, el miedo y la vergüenza se disipan también.

            Pierda cuidado, la persona a quien se lo cuente no se verá afectada por esto, simplemente lo desechará como habría hecho usted desde el primer momento de haber sabido cómo.

            Alimentando nuestro ser

            Superar la culpa es algo tan sencillo como mantenernos conscientes de nuestro ser interno. Al hacerlo comprendemos mejor el papel que nos toca desempeñar en el medio en el cual nos desenvolvemos y tomamos consciencia de como influimos en nuestro entorno.

            Al volvernos conscientes de como funcionan los mecanismos de la culpa y como hemos permitido que nos afecten mientras les permitimos hacerlo, nos damos cuenta que está a nuestro alcance superarlos, y comprendemos que hacerlo es parte de nuestro proceso de crecimiento y fortalecimiento como seres humanos.

            Recordemos que no podemos cambiar a las demás personas, pero si podemos cambiarnos a nosotros mismos, y al hacerlo estamos influyendo en un cambio en el medio que nos rodea. Consideremos también que no es nuestra responsabilidad cambiar a nadie más que a nosotros mismos, pero es sensato respetar sus elecciones.

            Un factor que ayuda enormemente en este proceso de liberar la culpa es soltar, sí, al sentirse responsable por esas personas e importante por ayudarles crea un vinculo que de alguna manera les mantiene atados energéticamente. Libérelos y libérese a sí mismo, míreles con compasión, entienda que intentan controlarle por medio de la culpa porque tienen miedo.

            Al hacerlo les da la oportunidad de tener sus propias experiencias para crecer y usted también crece al dejar de necesitarles para sentirse importante. Recuerde que la culpa le ayuda a asirse a otras personas de la misma manera que le permite a otras personas controlarle. Es el mismo sentimiento empleado de manera diferente.

            Manténgase alerta, escuche sus palabras, observe sus acciones, sea consciente de sus pensamientos, preste atención las sutiles formas en las cuales intenta controlar a otros por medio de la culpa, o en las que cree que otros lo hacen con usted, el espejo siempre funciona. Todo eso le permitirá estar más consciente de como interactúa usted con este sentimiento y le facilitará superarlo.

            Liberándonos

            La culpa, y las emociones que hemos visto se asocian a ella, tienden a limitar nuestro potencial de expresarnos a plenitud y vivir una vida plena de Paz, Felicidad y Armonía.

            Si nos concentramos en nosotros mismos y nos ubicamos en tiempo y espacio presente, liberarnos de la culpa; esto se convierte en una consecuencia natural de actuar en armonía y esta se manifiesta en nuestras vidas.

            Simplemente por sentirnos importantes por ser lo que somos para nosotros mismos y asumir primero nuestra responsabilidad nos permite ponernos en contacto con nuestros tesoros internos y naturalmente comenzamos a compartirlos.

            Liberar emociones de culpabilidad permite que disfrutes la ¡Pasión por Existir!