Curso de autoestima 021

Curso de autoestima 21

21. Date Cuenta: Todo Está Bien

Autoestima 021. Date Cuenta: Todo Está Bien – Curso de autoestima – Podcast en iVoox

«Tú no tienes problemas, sólo  piensas que los tienes…»

Un Curso de Milagros

Quien vive una baja autoestima tiende a demostrar que es mejor que los demás en determinada área sin que nadie se lo pida y precisamente esa necesidad se llega a transforma en su propia prisión en la vida. Personas que dependen del halago, de que los demás le reconozcan que es mejor que otros. Yo mismo, al igual que cualquier otro humano que se encuentra en evolución, he pasado por estas trampas.

Hoy me queda tan claro por qué cam­bió mi enfoque profesional en los últimos años. “En busca de la Excelencia” de Tom Peters, “El ser excelente” de Miguel Ángel Cornejo temas de liderazgo, de cómo ser mejor, ser el número uno en el tema que sea y temas afines, ya no resuenan con mi interior desde hace algún tiempo. En su momento me los creí, incluso se me considero como un experto en esas áreas. Hoy veo tan claro porqué ya no trabajo es eso, ya no estoy ahí. Ya no pertenezco. Ya no creo en las cosas que hace años dije pensé y luche por ellas, hasta me di cuenta del error humano que predicaba.

Quizá por ello me motiva a escribir éste taller de autoestima, porque en esta etapa de mi vida estudio y creo con la que vibro hoy. He lle­gado a darme cuenta de que hay algo más allá del ego y me ha gustado.

Hoy en día, mi interés profesional y personal ya no radica que la gente sea líder o que sea mejor, o que logre ser el número uno en ventas de su empresa. No. Ya no. Hoy en día, gracias a una Nueva Conciencia, basada en alta autoestima, lo que me interesa es que la gente sea feliz, así, tal como es. Que aprenda que todos venimos con una misión y que cumplida debe ser una de las experiencias más agradables del mundo, sin necesidad de competir sino de cooperar, sin la prisa por ganar sino por ayu­dar haciendo lo que nos corresponde, simplemente aprendiendo a liberarse de las ataduras que genera el ego.

En esto creo hoy. No quiero decir que estoy en contra de la superación personal, no en absoluto, en ese mismo instante estaría negando gran parte del sentido de mi vida; lo que te quiero decir es que hoy en día veo con igual respeto y amor a un líder que a un seguidor, a un empresario que a un empleado, a un intelectual que a la servidumbre en su dimensión de humanos. Hoy sé que todos están bien, básicamente bien. Y lo más irónico: me he dado cuenta de que cuando una persona es feliz así, tal como es, como consecuencia vive el éxito, el verdadero éxito en la vida. Ese que no se mide con dinero ni bienes materiales, más bien el tipo de éxito del que hablo en este taller, del verdadero, del que es como una mariposa en el jardín, aquella que cuando con esfuerzo la quieres atrapar, se te escabulle con sus giros por el aire, pero cuando estás en paz, a gusto contigo mismo, la mariposa vuela hacia ti y se posa en tu hombro. Así lo estoy viviendo.

Quise escribir acerca de esta Nueva Conciencia del éxito cuando me percaté que hace años admiraba a la gente que ostentaba títulos y me impactaba por sus triunfos, en cambio hoy, admiro mucho más a la gente que es buena. Un próximo capítulo titulado «¿Qué recuerdas?» en donde compare con todos ustedes lectores un breve cues­tionario, para que al final lleguemos juntos a la gran con­clusión: ayudar es mucho más importante que ganar. Llega un momento en que despiertas y te das cuenta de esto.

Con el paso del tiempo, cuando descubrí que el ego favorecía mi conciencia de separación -al sentirme diferente a los demás- me aislaba de la gente, encontrando tantas y tantas diferencias que discriminaba, y así, lo que logré fue sentirme solo. Pasó el tiempo y gracias a Nueva Conciencia, descubrí mi identidad espiritual y que ésta me fundía con todo y con todos siendo Uno con ellos en todo momento, así me empecé a sentir completo, unido, en paz. Pero cuando descubrí que yo podría elegir con quién identificarme, con el ego o con el espíritu, con una gran emoción me di cuenta de que el desafío más grande de tu vida y mi vida: Tomar la decisión de ser verdaderamente libre y feliz.

He procurado organizar este taller en base en las siguien­tes premisas fundamentales para la aceptación y comprensión de la misma:

1. Eres un ser divino. Y con el fin de darte cuenta de ello, has de trascender el viejo sistema de creencias que nos legaron las generaciones anteriores y saber de una vez por todas que hay algo más. Este es, quizá, el mayor desafío para Nueva Conciencia, literalmente hablando.

2. Tu espíritu, tu yo superior, puede triunfar sobre las identidades de su contraparte, el ego, y así tú podrás vivir con la fuerza del espíritu. Sí se puede, todo esto es verdad.

3. Puedes irradiar esta Nueva Conciencia de tu ser más allá de tus propios límites y transmitirla a los demás habitantes del planeta por el bien mismo de la humanidad.

Cada capítulo esta escrito con la intención de ayudarte a vivir los principios mostrados en estas premisas.

Algo simplemente maravilloso, purificador, revitalizante, liberador. Eso es lo que he descubierto recientemente en mi vida y hoy he decidido compartido abiertamente contigo.

Desde hace varias horas en que decidí sentarme a escribir, percibí que la inspiración no me llegaba tan fácilmente como en otras ocasiones. Algo dentro de mí me dijo «no importa, sién­tate y escribe». Y todavía me encontraba renuente porque no justificaba del todo sentarme frente a mi computadora sin una idea clara de lo que quería compartir en esta ocasión. Sin embargo, una voz interior seguía diciéndome: «Ya siéntate y escribe». Y pues exactamente así estoy ahora mismo. Hoy más que en ninguna otra ocasión de mis sesiones de escritura, estoy meramente obedeciendo a lo que empieza afluir a través de mí. Percibo ciertas órdenes y simplemente he decidido obedecer. Esta sensación que estoy experimentando en este preciso momento, es tan extraña, tan placentera, brindándome una gran seguridad dentro de mi personal sensación de incertidumbre, tal vez por eso experimento como extraña esta sensación. Pero sí te digo algo, es fantástica. Es como ir caminando en la cuerda floja con los ojos vendados y sin una red debajo, pero al mismo tiempo con la sensación de que Alguien te va llevando de la mano y sólo te pide esto: «Confía».

Tal vez eso es lo que nece­sitamos hacer los humanos que verdaderamente queremos ser más humanos. Hoy sé que esto debe ser la famosa iluminación. Un poderoso y fortificante cambio en el interior de la persona, a tal grado, que todo el exterior se ve distinto. Eso me está pasando desde hace muchos meses. Eso me gustaría que te pasara. Me gustaría, por el exquisito placer de compartir, pero tú sigues (y seguirás) conservando en enorme privilegio de ele­gir aceptar esta invitación a vivir una Nueva Conciencia o no. Tú siempre seguirás siendo el rey y soberano de tu propia vida. Tú ves la vida tal cual deseas hacerla, consciente o inconscien­temente.

Estoy impresionado por la causa que lleva a las personas a consultar ayuda profesional psicológica, y mi mayor impresión es la coincidencia de que en muchos de ellos se sucede exactamente el mismo fenómeno. Eso es lo que me ha llamado la atención, personas de muy distintas edades, hombres y mujeres, pero que ha coincidido que buscan solución a el mismo problema, o mejor dicho, con la misma percepción de lo que creen un pro­blema. Todos deprimidos, con sensación de desesperanza y angustia, unos porque no se sienten correspondidos en el amor que juzgan merecer. Se sienten usados por otra persona, y sienten que si su pareja se les va, entonces la vida entera se les va para ellos. Otros atados a la falta de dinero, realización ó reconocimiento.

Hoy identifico esto casi como demencia. No saben quién son. Y lo identifico tan bien porque lo he vivido. Alguna vez en mi vida, en mi pasado, viví intensamente un amor. Sé perfecta­mente lo que implica y lo doloroso que puede ser un rompimiento. Lo sé perfectamente. Se lo tremendo de quedarse sin trabajo. La única diferencia que percibo con mi estado de conciencia que he alcanzado hoy es que todo ello fue un sufrimiento engendrado única y exclusi­vamente en mí. Nadie más participó en mi dolor, sólo yo.  Saber esto ya fue un primer gran paso en mi vida. Luego, me di cuen­ta que toda sensación de desesperanza, de frustración y recha­zo, no es otra cosa más que una idea que está en mi mente y hoy he aprendido que me puedo desprender de esa idea como quitarme un anillo. Así de fácil. Así de rápido. Así de verdad. En ese mismísimo instante, en ese preciso momento, surge la paz y la armonía interior. Eso es todo. No más complicaciones ni terapias. Sólo un auténtico deseo de vivir en paz y listo. El auténtico deseo. Auténtico. Saber esto, saber la gran facilidad con la que nos podemos desprender de una idea, misma que, en el ejemplo, es el origen de todo sufrimiento, es lo que creo sig­nifica un estado de iluminación. Estado al que todos, absoluta­mente todos, podemos acceder. No requieres de 10 semanas de meditación, solo un segundo de decisión.

Es tan fácil vivir en paz y en armonía. ¡Tan fácil! Lo que es verdaderamente difícil, para muchos, es aceptar que sea tan fácil. Hemos llegado a creer que es normal tener problemas como parte de la vida, cuando lo normal es estar bien. ¡¡!! Aprende esto que te acabo de decir. ¿Y por qué? Porque cuando algo es tan fácil para cambiar, cuando algo es tan divi­namente sencillo para vivir en paz, entonces entra en juego el ego de la persona humana y no lo acepta. Imposible. El ego siempre quiere esforzarse, siempre quiere sufrir para merecer, el ego siempre quiere vivir en dificultades, hasta para mejorar. ¿Has escuchado alguna vez la frase: El que no ha sufrido no sabe lo que es el amor? Por Dios, no podemos vivir creyendo esto como una verdad.

He ahí la trampa que se nos tiende. El ego no nos permite ver la facilidad con la que se puede volver al amor. Ahora recuerdo alguna anécdota que leí en un libro de filosofía Zen, cuando un alumno le pregunta a su maestro: «¿Qué debo hacer para lograr un estado de Iluminación?», a lo que el maestro le contestó: «Mata tres moscas y ya está». El alumno desconcertado le dijo: «¿Eso es todo? ¿Nada más matar tres moscas y obtengo el esta­do de Iluminación? No creo que sea tan sencillo». El alumno se marchó en busca de un mejor maestro. Tal vez si el maestro le hubiera dicho: «Mata setecientos leones y tráeme sus cabezas, y entonces habrás superado la prueba para lograr la Iluminación», ahí sería otra cosa, hasta el alumno se hubiera ido afligido por el desafío pero motivado al mismo tiempo por creer que puede merecerlo al sacrificarse tanto. Lo mismo, exacta­mente lo mismo, he observado en la gente que busca ayuda profesional.

Cuando escucho atentamente a una persona quejarse de todo lo que le pasa, detecto de inmediato una poderosa opción de mejora y le digo: «Deja hoy mismo a esa persona que tanto daño percibes que te ha hecho y listo. Eso es todo. En el instante en que lo hagas, en ese instante desaparece la tristeza que te aqueja. Es una decisión que te tomará unos segundos solamente y luego actúa de inmediato. Mañana mismo a esta misma hora te deberás sentir formidablemente bien». Se hace un silencio. La persona me observa con una actitud de «…no puede ser tan fácil.». Algunas personas me dicen: «¿Cuándo vuelvo a consultarlo? ¿Cuándo sería conveniente vernos una próxima vez?». Mi respuesta: es No”. Ya no es necesario. Fue un verdadero placer ayudarte, pero en honor a la verdad ya no necesitamos  vernos ni una sola vez más.

Lo único que necesitas es actuar con base en lo que hoy analizamos y recu­perarás la paz y la armonía en cuestión de minutos». La mirada de la persona me manifiesta cierta incertidumbre, tal cual la de aquel alumno y su maestro. No pueden creer que sea tan fácil. Hoy he llegado a pensar que si les dijera: «Vuelva cada tercer día para terapia, su caso es delicado, pero espero que en unos cuantos meses o años, lo superemos juntos». Tal vez mi la persona se sentiría mejor. Tendría más credibilidad. Su ego se sentiría formi­dablemente bien. Lástima que no me gusta mentir. ¡Esta nego­ciación entre el ego de una persona necesitada con estas creencias podría explotarla para que me redituara tanto dinero! Pero no puedo. Por eso a las personas que ayudo los veo tan poco, en varias ocasiones una sola vez. Varios han creído en la enorme transformación que se sucede tan fácilmente y por ello la logran. Otros me imagino que han cambiado por un psicólogo más cuerdo que yo que les asegure que su caso es muy complicado. Alguien que le diga lo que su ego quiere escuchar: está muy difícil, y con el tiempo (nunca estipulan cuánto) veremos su progreso.

Tal vez por eso la información de éste taller de autoestima ha sido atacado por psiquiatras, terapeutas y religiosos que se niegan a esta filosofía de una Nueva Conciencia en donde se puede cambiar de inmediato y fácilmente. Creo que la negación a aceptar y expander ésta filosofía es porque les tiraría el negocio.

Hace un par de meses me solicito apoyo una mujer de edad madura y me dijo claramente que nunca en su vida había ido a terapia con nadie. Me comentó que ella siempre se sintió capaz de resolver cualquier problema -yo estaba escuchando a su ego- y que por primera vez en su vida acep­taba que necesitaba ayuda -algo bueno porque ahí estaba tiran­do a su ego-. Le aquejaban problemas en todos los ámbitos de su vida, a nivel laboral, a nivel pareja, a nivel personal, etc. Esa multitud de problemas que percibía hicieron que, luego decidió por una recomendación solicitarme ayuda porque imaginó que yo le podía ayudar. La sesión duró cerca de dos horas. Nunca en mi vida he podido hacer lo que otros se que algunos terapeutas hacen, que cuando se cumplen los 30 minutos, o los 50 minutos de terapia, esté el paciente como esté, lo interrumpen y, le dicen: se acabó su tiem­po, continuamos la próxima semana. ¡Cómo si se tratara de prender y apagar una máquina! En fin, no lo entiendo.

Estoy seguro que a través de este taller ha logrado con muchas personas que leén lo que plasmamos aquí su deseo ser más felices. Sentir la energía, pasión y alegría por cambia ­y vivir una Nueva Conciencia de paz y armonía. ¿Alcanzaste a vibrar con sus palabras? Entonces se está cumpliendo su deseo.

Hoy quiero abiertamente manifestar que Nueva Conciencia es sólo una opción más. Solamente. Una opción que como tal, te eliges o no. Hoy he llegado a entender lo que un estado de ilumi­nación puede ser. Hoy quiero compartir contigo lo que podemos vivir si queramos, verdaderamente, vivir iluminados.

De todos los autores que me han dado luz en mi vida, y por lo que he vivido de experiencia propia, he podido encontrar las siguientes aseveraciones de lo que es un estado iluminado, donde todo está bien: «La iluminación es una experiencia sensorial y emocional, una claridad intelectual, la impresión de estar inmer­so en una llama, una sensación de inmortalidad, un estado de gra­cia impresionante, el conocimiento de toda la conciencia cósmi­ca y el fin de las separaciones; su energía y su inteligencia se libe­ran, la vida se vuelve sencilla y se experimenta júbilo, un grado de entendimiento radical, maravillas interiores, amor y paz, y una felicidad sublime; lo ordinario se vuelve extraordinario; se accede al paraíso y a una elevación moral; se produce un desper­tar, un carisma; se viven asombrosos momentos de revelación, un éxtasis emocional, un amor casi inaguantable hacia el mundo, una sensación de agilidad, un alivio intenso; la luz parece atra­vesarlo todo. En una palabra, se siente la presencia de Dios».

Esto, lo vivo, al igual que muchísimas personas que ya han despertado a una Nueva Conciencia en sus vidas. Sin embargo, estoy consciente de que existen miles de personas más que todavía no se han permitido la dicha de vivir así. Por ellas y para ellas va dedicada este taller, al igual que mi vida entera.

«Debemos rendimos a la incertidumbre

y apreciar su belleza.»

Deepak Chopra

Sí es posible vivir así. Sí es posible vivir enamorado de cientos de personas a la vez. Sí es posible ver maravillas en las pequeñas cosas, antes insospechadas para la conciencia previa. Sí es posible vivir sin problemas, cuando nos damos cuenta de que éstos nunca han existido y que solamente pensamos que los teníamos. ¿Cuándo has visto caminar a un problema por la ace­ra? ¿Cuándo has volteado a ver cómo un problema cruza la calle? ¿O qué color y forma tiene? No hay tal. Y no hay tal porque no existe. Sólo aparenta existir en nuestro pensamiento. No hay ningún otro sitio donde un problema tenga lugar. Sólo en nuestros pensamientos. Despierta y date cuenta de esta gran verdad. En cuanto lo comprendas, en cuanto lo entiendas, ahí, en este preciso instante, tienes todo el poder para desprenderte de esa idea. Tira ese pensamiento. Pero, ¿sabes qué tienes que hacer para tirarlo? Nada. Absolutamente nada. ¡Y es que se cae solo con el simple hecho de entender dónde está! Así de fácil. Así de rápido. Ya está. Es cuando llegas a entender que todo está bien. Todo está bien.

Decide vivir en esta dimensión donde se comprende la vida un poco mejor y te garantizo que harás del más auténtico éxito, una rutina. El triunfo y el éxito te seguirán, y no al revés como lo venías haciendo. Antes de la iluminación yo buscaba muchas cosas, y luego de la iluminación como que ya no busco nada. Tal vez por esto es que me llego a explicar que…

«Antes de la iluminación, yo seguía el éxito y el triunfa

luego de la iluminación, ellos me siguen a mí.

(Y si supieran que no voy a ningún lado…).

Alejandro Ariza

La paz y la armonía te surgirán, y es lógico porque las lle­vabas dentro, donde siempre han estado. Era cuestión de voltear a ver hacia el lado adecuado. Créeme, esto sucede. Todo esta bien. Nada más necesitas darte cuenta. Todo, todo está bien. Mi alegría sucede cuando te ayudo a que te des cuenta de esto. Si se te caen los problemas al entender lo que hoy he compartido contigo, entonces así es como surge desde muy dentro de ti, y para el mundo, una auténtica. ..

¡Emoción por Existir!