Curso de autoestima 387

Curso de autoestima 387

387. El Hechicero Moderno y la Fuerza de la Intención.

Autoestima 387. El Hechicero Moderno y la Fuerza de la Intención – Curso de autoestima – Podcast en iVoox

“El espíritu se revela a todos con la misma intensidad y consistencia, pero solo los guerreros [de luz] están sintonizados consistentemente a dichas revelaciones.”

– frase de Juan Matus en los textos de Carlos Castaneda

Estos son de los momentos donde tanto disfruto de mi escritura. Cómodamente sentado en mi sala, con mi laptop en mis piernas, en un profundo silencio que caracteriza a mi casa, percibiendo un exquisito incienso allá en el fondo, y con la Intención fluyendo a través de mí para escribirte. ¡Ah! ¡Qué delicia! Te recomiendo que leas esto en una posición y momento donde puedas estar igual de agusto y en paz. Que nadie te interrumpa. Eso sintonizará mejor nuestras frecuencias y me permitirás mostrarte más fácilmente cómo es que eres un hechicero moderno mediante el uso de La Fuerza de la Intención.

            Hace muchos años, fui educado, o quizá mejor dicho entrenado, a entender a la Intención como un propósito o meta, algo que se desea lograr y que se puede alcanzar mediante el trabajo arduo y constante hasta la consecución de lo que precisamente se intenta. Si tú eres de este tipo de personas, te has de sentir muy atraído por temas como el liderazgo, el compromiso, la obtención de resultados y te ha de motivar mucho el escuchar a personas que hablen muy motivacionalmente con frases como que los resultados es lo único que importa, ser los mejores no es lo más importante, es lo único; planea, actúa y logra. Yo también fui así. De hecho, mis primeras conferencias de hace muchos años, versaban sobre este tipo de motivación y esas conferencias eran muy solicitadas. Sin embargo, con el correr de los años…, algo cambió en mí, y con ello cambió mi mundo.

            Desde hace 7 años aproximadamente, mi vida dio un giro muy importante al descubrir que hay algo más allá del ego y sus demandas, descubrí la dimensión Espiritual del ser. Hoy sé que la sanación, la creación de milagros, el poder para manifestar abundancia y el manejo consciente de las coincidencias son posibilidades genuinas. Fue por ello que escribí mi libro El verdadero éxito en la vida, más allá del ego, en donde expongo todos los cambios que me sucedieron en este avance de estado de conciencia que sucedió en mí. Lo primero que quiero que hagas hoy es que abras tu mente a una Nueva Conciencia de ciertas palabras y conceptos que tienes preconcebidos. El más importante es relacionado con la Intención. Con Nueva Conciencia, la Intención, no es como lo expliqué renglones arriba, sino que es una Fuerza que existe en el Universo y de la cual todo emana. Es la forma en que los chamanes entienden la Intención.

            Cuando hace unos años leí a Carlos Castaneda en su libro El lado activo del infinito, todos los planteamientos del nagual Don Juan tenían sentido para mí y los acepté como enteramente factibles. Una de las frases de aquel libro es: “La Intención es una Fuerza que existe en el Universo. Cuando los hechiceros (aquellos que viven de la Fuente) invocan la Intención, ésta llega a ellos y labra el camino de su realización, lo cual significa que los hechiceros siempre logran lo que se han propuesto”. Cualquier persona, como tú o como yo, que decide reconectarse con la Fuente, con esa Fuerza de la Intención, empieza a hacer magia en su vida, entendiendo aquí a la magia como el conjunto de conocimientos y prácticas con los que se pretende conseguir cosas extraordinarias con ayuda de seres o fuerza sobrenaturales. Bajo esta perspectiva es que una persona así la puedo calificar como: “Hechicero moderno”. Es una mera metáfora, pero muy aplicable a lo que una persona como tú o como yo podemos lograr mediante la Fuerza de la Intención.

            Te repito, no entiendas a la Intención como aquello que deseas lograr, sino como una Fuerza, “algo” invisible, no material, infinito y amorfo con lo que nos podemos conectar y desde lo cual, nuestros deseos se pueden cristalizar en realidad, pero más bien permitiendo que esta energía –tomémoslo así— que es la Fuerza de la Intención fluya a través de nosotros y nos permita ser nuestro propósito. Si lees detenidamente, no dije que nos permita alcanzar nuestro propósito, sino guiarnos a ser el propósito mismo. Es permitir que el Espíritu (Intención chamánica) fluya por nosotros y nos permita conocer nuestro sentido existencial, el para qué nacimos y una vez hallado, cumplir con esa misión. Porque sabe esto: eres un propósito con clara misión en forma de humano, pero el propósito eres tú mismo. Es decir, “Algo” superior tiene un plan, tiene su propósito, y ese precisamente eres tú. Y al propósito no le debe interesar hacia dónde va el plan del ese algo superior, sino más bien disfrutar su proceso de colaboración para un orden mucho mayor a su entendimiento particular de las cosas en tiempo y espacio.

Y tu vida es tan sólo la hermosa oportunidad de disfrutar el proceso de colaboración mediante tu propósito, desde encontrarlo, hasta serlo y cumplirlo; una vez cumplido, pienso que somos liberados para pasar a la siguiente experiencia –pasar nuestra muerte—. Así hoy entiendo la vida de un humano. Por ello, mientras escribo esto, mientras dicto mis conferencias, la Fuerza de la Intención fluye a través de mí mientras me hace cumplir un propósito para el cual encarné como humano. Y ahí, yo soy meramente un conducto de esa Fuerza, y sé que esa Fuerza seguirá fluyendo a través de mí mientras mi propósito se necesite seguir cumpliendo para un orden superior a mi entendimiento. Y una vez cumplido en su magnitud determinada en mi experiencia como humano, podré pasar a la siguiente experiencia – pasar mi muerte—. Soy feliz de entender así mi vida, o debería decir mi oportunidad de participación con el Todo. Y creo que así deberíamos de entender nuestra vida todos. Todo está en orden perfecto. El extraordinario científico David Bohm en su libro Totalidad y el orden implicado, sugiere que todas las influencias en informaciones sobre el orden están presentes en un dominio invisible o en una realidad superior, y que pueden ser invocadas en tiempos de necesidad. Es decir, podemos reconectarnos con esa Fuerza de la Intención y fluir en paz y armonía con el plan mayor.

            En este texto, he elegido hablar de la Fuerza de la Intención porque me agrada entenderlo así, pero para fines prácticos, esa Fuerza, esa Intención, pueden ser perfectamente sinónimos de: Dios, energía, Universo, Infinito, Substancia, etc. Si juntos comprendemos la trascendencia del concepto, entonces la etiqueta es lo de menos. Pero usa la que mejor te haga sentir por tus creencias o costumbres. Pero es lo mismo.

            Un humano como tú o como yo, puede entrar en contacto con la Fuerza de la Intención en determinado momento y espacio, es a lo que llamaré “El Campo”. Hay un campo, que no es un espacio físico determinado, sino un nivel de conciencia desde donde se percibe cualquier espacio físico –y todo en general— desde una diferente perspectiva, desde la confianza y el remanso del Todo. Una “parte” puede angustiarse o deprimirse o frustrarse cuando creé que todo lo que existe es precisamente su propia parte, pero la parte empieza a vivir con mayor confianza y paz, al saber que aun siendo parte no es parte, sino parte del Todo, es el Todo. ¿Me expliqué? Ojalá. La parte eres tú, pero también eres el Todo. Esta es la gran paradoja del humano, pero hay que aprender a vivir con ella. Y siendo parte, podemos invocar ayuda del Todo, es decir, siendo humano, podemos invocar ayuda de la Intención, y sentir la Fuerza desde la cual todo sucede en un orden perfecto para beneficio del Todo.

            Yo empecé hace algunos años a percibir cómo entraba y salía del campo. Noté que cuando entraba al campo era un momento en donde me conectaba con una Fuerza, con la Intención, con Dios. Y en ese hermoso momento, yo ya no soy yo, ya no soy la parte solamente, sino la parte por donde fluye el Todo. Hace años, en mi propósito de vida, sentí claramente la conexión con la Fuerza de la Intención cuando hablo en público. Sinceramente me sorprende la energía creativa que se sucede cuando estoy en el escenario. Lo que pasa allá arriba, nunca me pasa acá abajo. (¡Qué simbólico lo que acabo de escribir!). Desde el momento en que acepté que yo no era el que hablaba durante toda una conferencia, sino que a momentos sí y a momentos era “algo” que fluía a través de mí, me percaté cómo me emociono cada vez que tengo la oportunidad de subirme a un escenario a hablar. Pero no por lo que vaya a decir –muchas veces, incluso segundos antes de subirme al escenario no tengo ni la menor idea de lo que voy a decir —, sino por lo que siento que pasa a través de mí, por el placer de entrar al campo.

Empiezo a recordar los detalles más valiosos para mi discurso, frases y citas fluyen hacia mí en el preciso momento en que las necesito para reforzar algún concepto, hilo perfectamente las ideas durante horas y horas sin necesidad de un apuntador o de un guión, hay una fluidez de palabras y conceptos que sólo experimento estando allá arriba. La fatiga que pudiera tener momentos antes, se disuelve. Dolores físicos intensos que he tenido antes de subirme al escenario, desaparecen ipso facto en cuanto empiezo a hablar. El hambre desaparece, y puedo dejar de sentir necesidad de comer incluso varias horas después. Bueno, hasta la necesidad de ir al baño ha desaparecido siempre. Cada elemento necesario para transmitir un mensaje determinado al público está disponible para mí en forma inmediata y sin esfuerzo. Todo esto para mí ha sido constatar la magia en la que cualquiera puede vivir si descubre su propósito. Esto lo vive, literalmente, cualquiera. Sólo hay que desprenderse del ego. Hay que conectarse con la Fuerza de la Intención. Y ahí, te conviertes en un hechicero moderno.

            Activar la Fuerza de la Intención significa reencontrar la Fuente y así convertirse en un hechicero moderno. Y quiero que se entienda por hechicero moderno a cualquier persona que alcanza un nivel de conciencia donde están disponibles cosas que antes eran inconcebibles. Y aquí lo más hermoso quizá: se activa la Fuerza de la Intención tan sólo deseándolo, pensando en ello, pensando desde el conocimiento de que somos el Todo e invocamos a la Intención. Tengo entendido que los chamanes basta que digan y se repitan la palabra “Intención” para que se conecten a ella, a esa Fuerza. Yo lo hago a mi modo invocando a Jesús cada vez que quiero que Él actúe a través mío. ¡Nunca ha fallado esto! Otras veces, cuando estudié todo lo relacionado con la Intención, también decía en voz alta la palabra varias veces y sentía que me conectaba. Hay que creer en esto y practicarlo. Tal como lo explica Carlos Castaneda: “La labor de los hechiceros era la de encarar el Infinito (Intención), y ellos se lanzaban a esa labor a diario, al igual que un pescador se lanza al mar”.

            La Fuerza de la Intención es un poder que está presente en todas partes como un campo de energía. Y no está limitado a lo físico, sino que también es lo no-físico. Y lo más desafiante para entender en un principio, es que tú eres ese campo, tú eres esa Intención y también eres la parte que la invoca e intenta reconectarse. Es la paradoja de la que te hablé.

            Un claro signo de que estás en el campo es la luminosidad de ciertas coincidencias en tu vida. Aquí en Nueva Conciencia sabemos que las coincidencias no existen cuando las interpretamos con un hecho fortuito resultado del azar. Pero sí existen si interpretamos las coincidencias como su definición matemática. En la ciencia de las matemáticas se dice que dos ángulos coinciden cuando se ajustan perfectamente en un punto. Y entonces, verás que mediante tu uso de la Fuerza de la Intención, empezarán a suceder en tu vida eventos, encuentros con ciertas personas, libros que llegan a ti y circunstancias que se ajustan perfectamente en un punto determinado de tu existencia donde necesitabas de esa persona, ese libro, esa información, esa página de internet, esa conferencia, dándole otro sentido al encuentro, y sabiendo que esos eventos coincidentales los estás creando tú mismo mediante la Fuerza de la Intención fluyendo a través de ti. Tus deseos empiezan a ser concedidos como por arte de magia. Ahí estás siendo un hechicero moderno.

            Quizá a estas alturas de tu lectura te estarás preguntando cómo hacer para convertirte en un hechicero moderno con estas facultades y talentos ocultos que ahora pueden cobrar vida. Mi primera respuesta sería: tienes que ser aquello para lo que fuiste destinado. Tienes que encontrar tu propósito y atreverte a vivirlo. No hay otra puerta de entrada más efectiva para entrar al campo. De ahí que se vuelva tan intensamente interesante la vocación y el atrevimiento a vivirla. De ahí que se vuelva tan intensamente valioso el vivir con veracidad, atreviéndonos a ser quienes realmente somos. Y esto nunca lo vamos a lograr mientras vivamos ocultos bajo la merced de nuestro ego y sus demandas. El ego es lo que nos separa de la Fuerza de la Intención. El ego te dirá: deja de leer esto que son puras babosadas y ponte a trabajar; lucha por ganar el dinero que necesitas y no pierdas el tiempo; demuestra cómo eres el mejor; gana, gana, gana; todo lo que existe es lo que ves, y ya déjate de tonterías; tú eres lo que logras; tú eres tu prestigio; tú eres tu dinero y tus posesiones; tú eres tu cuerpo, etc. Estos son algunos ejemplos que, si te identificas con alguno de ellos, pues todavía te falta mucho para ser un hechicero moderno y descubrir tus talentos y facultades ocultas. Por ello te invito a que leas mi libro de El verdadero éxito en la vida, más allá del ego, es un libro que nos ha cambiado la vida a muchos –me incluyo—. Nos ha permitido entrar al campo.

            Para mí, uno de los primeros hechiceros que leí hace tiempo fue Aldous Huxley cuando en uno de sus libros hace años leí: “La jornada espiritual no consiste en llegar a un nuevo destino en donde la persona obtiene lo que no tenía o se convierte en lo que no era. Consiste en disolver la ignorancia propia en relación con el ser interior y la vida; y el crecimiento gradual de ese entendimiento comienza con el despertar espiritual. Encontrar a Dios es llegar al ser interior de cada uno”. Yo resumiría las palabras de Huxley en: “La jornada espiritual consiste en el atrevimiento a realizar un viaje de autodescubrimiento para saber quién eres realmente”. Y sé que Joseph Campbell diría: “…el viaje del héroe”.

            Quiero despedirme hoy de ti en esta sesión tan hermosa que hemos tenido, yo escribiendo y tú leyendo, exquisito binomio que se da en una dimensión mucho más allá de lo físico y que nadie entiende salvo un buen lector, con un antiguo dicho jasídico que me encanta desde que lo leí hace años en uno de mis libros preferidos, dice así:

            “Cuando caminas a través de los campos, con tu mente pura y santa, entonces, de todas las piedras y todas las cosas vivas, y de todos los animales, salen las chispas de sus almas y se te adhieren y luego se purifican y se convierten en fuego santo en ti”.

            Espero que en estas reflexiones hayas sentido el fuego santo y con él una gran… ¡Emoción por Existir!

FIN.

Fin de este capítulo.