Curso de autoestima 291

Curso de autoestima 291

291. Salir de las sombras del Ego

Autoestima 291- Salir de las sombras del ego – Curso de autoestima – Podcast en iVoox

El ego es un socio silencioso y las mas de las veces dominante

-C.Hightower.

Ejemplos de comportamientos en el lado oscuro

Cuando te sientas intranquilo, cuando experimentes cierta ansiedad, recuerda que muy posiblemente estás a merced de tu ego. Aquí te nombro algunos ejemplos para recordártelo:

Discusiones y peleas. Si hay algo que te puede garantizar vivir en el lado oscuro, lleno de angustia y ansiedad, es una discusión o un pleito. Siempre en tu vida, ¡siempre!, hay otra opción, y tú podrás elegir entre discutir o no. La raíz de este comportamiento es la necesidad de ganar, la necesidad de demostrar que uno tiene la razón, ego puro moviéndose en sus linderos de oscuridad. Todo pleito, toda discusión, favorece la conciencia de separación e incrementa un estado de ansiedad que puede volverse crónico si no se hace algo para salir de ahí. Cuando llega el momento en que uno no necesita demostrar que se tiene la razón, cuando uno ya no necesita ganar, se acerca uno a la puerta que nos lleva a la luz.

Competencias y comparaciones. Cada vez que te compares con alguien para medir tu propio valor, estás a merced de tu ego, tu yo falso. Es cuando aceptas la terriblemente errónea idea de que Dios tiene preferidos. El ego siempre te estará bombardeando con la ansiedad de necesitar ganar, con sus palabras a tu oído como: » … Tú eres más guapo que ella o él, tú eres más inteligente que esa otra persona, tú eres más espiritual que ese o esa otra … , tienes que hacer valer tu superioridad demostrándole la verdad de quién está arriba de quién. Eres el mejor y lo sabes, entonces demuéstralo, así podrás experimentar tu éxito». Éstas son clásicas frases del ego queriéndote arrebatar la paz que en verdad buscas.

Lucha y persecución. Arquetípicamente hablando, todas las escenas donde hay lucha y persecución, tanto en cine como en televisión, resuenan en alguna parte de nosotros. Ése es gran parte del éxito de tu ego. El ego ha existido desde siempre. Por eso, cada vez que vayas luchando por perseguir ornatos de éxito, símbolos de éxito, imagen de éxito, te estarás sumergiendo más y más en el lado oscuro de tu ser, en tu yo falso. Cada vez que quieras demostrar que eres muy diferente a los demás, seguirás en esa lucha y persecución de lo que te han hecho creer que es el éxito. Cuando logres esta imagen del éxito, es muy posible que te acompañe un vacío interior que se hará cada vez más grande conforme más persigues los símbolos de estatus. El ego no quiere verte satisfecho nunca, porque entonces ahí podrías conocer la paz y encontrarte con Dios en tu interior. El ego siempre te dirá que tienes que correr y, si puedes, más aprisa cada vez. Lo que no te suele decir el ego es que el final de esa carrera te está esperando un ataúd muy oscuro.

Preocupación por ganar. Cuanto más te preocupes, menos paz puedes experimentar. El ego parece que está programado para sembrar preocupaciones en nosotros. Es gran parte de su papel. Te tratará de persuadir con ideas tales como la posibilidad de perder tu empleo, sufrir un accidente, enfermarte, perder a tu pareja, preocuparte por perder tu belleza envejeciendo, hasta incluso preocuparte por ser sujeto de investigación por Hacienda. Pronto, cuando decidas estar del lado de la luz, verás cómo las preocupaciones se desvanecen y te sorprenderá darte cuenta de que muchas de las cosas que te preocupan, nunca llegan a suceder. Sin embargo, el ego insistirá en que te preocupes por el futuro, siempre. El ego crece con este tipo de pensamientos centrados en la preocupación.

Necesitar que la gente se fije en ti. Si diario te arreglas no por el gusto de sentirte bien contigo mismo(a) sino por la necesidad de que la gente se fije en ti, estás a merced del ego. Tu ego tratará de convencerte de algo: » … si no se fijan en ti, algo está mal en tu persona, así demuestras que eres inferior. Mejor pregúntale a los demás qué opinan de ti … «. La inseguridad en uno mismo crece gracias al ego. Con este tipo de pensamientos la paz es un lugar de fantasía inexistente para ti. El ego te convencerá de que hagas hasta lo imposible para que los demás se fijen en ti, desde cirugías innecesarias hasta llanto y depresión que te suban al escenario. He aprendido en mi vida que cuando «necesito» la aprobación de alguien, siempre surge la ansiedad y así me alejo de la paz.

Necesidad de reconocimiento por alguien en específico. En este tema fui experto. Durante mucho tiempo necesité el reconocimiento de alguien en especial cada vez que tenía determinado éxito. Ésa fue la mayor garantía para conferirle poder sobre mis emociones a esa otra persona. Los resultados siempre fueron funestos. Cada vez que anhelas, que necesitas, que alguien te reconozca algo, estás a merced de tu ego, y la vulnerabilidad de tus emociones tú mismo la creas y podrás acabar en un lugar verdaderamente oscuro y solo. El ego quiere que le aplaudan, que lo alaben, el ego tiene la plena certeza de que merece el reconocimiento en virtud de que ganó. Y el ego vuelve a ganar favoreciendo la separación. Esta actitud genera una gran ansiedad que nunca termina porque, aunque sea merecida la reprimenda, en el fondo permanecerá el deseo de recibir el reconocimiento, pero ahora la otra persona lastimada menos lo podrá dar. Se cierra el Círculo vicioso y aumenta la ansiedad y la separación.

Alegrarse por los problemas de los demás. Si te alegras cada vez que te enteras que los demás tienen problemas, en especial aquellos que juzgas como tus enemigos, estás a plena merced del ego. Ésta es una de las maneras más eficientes que tiene el ego para hacemos sentir desconectados de los demás y favorecer la conciencia de separación. Ocuparse e invertir tiempo hablando de las desdichas de los demás es una de las maneras más debilitantes para tu ser, tanto mental como físico. El ego con su necesidad de ganar, se regocija hablando de las derrotas de los demás, y es que lo ve como parte de su triunfo. Hoy mi invitación es a que con una Nueva Conciencia te enteres de que hay un verdadero éxito en la vida y que de la forma en que se nos enseñó no se obtiene.

Sugerencias para evolucionar pasando al lado de la luz

Aquí quiero compartirte algunas ideas que te pueden ayudar a que, una vez que ya viste la puerta entendiendo todo lo anterior, ahora puedas elegir evolucionar como persona y entrar a la luz.

Opta por la paz. Cada vez que elijas hacer algo o decir algo, pregúntate con tu mayor estado de conciencia posible si eso te traerá paz o ansiedad, y opta por lo primero.

Comparte tu paz, pero recuerda necesitas tenerla para darla. No puedes dar lo que no tienes. Opta por tu paz interior en cada uno de tus actos y ofrece esta Nueva Conciencia de paz en todos los ámbitos que te sean posibles. Pronto verás cómo la gente te consulta para preguntarte lo mejor que les convenga. Ya empezaron a identificarte como fuente de paz. Recomiéndales lo que tú mismo(a) has aprendido. Nada se compara con la paz.

En una discusión, elige la amabilidad. Cuando en un pleito, tu ego te ofrezca la tentación de demostrar que tú ganas al saber que tienes la razón, opta no por demostrar que la tienes, opta por ser amable y no decir nada. Verás la sensación de paz que te empieza a invadir. Incluso la otra persona dejará de pelear porque ya no tiene que defenderse, ya no siente tu hostilidad y el pleito termina en ese mismo momento.

Comprende que siempre se te reconoce y que incluso así no lo necesitas. Cuando hagas algo que crees merece reconocimiento, siempre habrá alguien que te lo reconozca desde el fondo de su corazón, pero quizás estabas tan empecinado en que alguien en específico te lo reconociera, que no alcanzaste a ver a un corazón noble que lo estaba haciendo desde antes. Siempre habrá alguien que reconocerá tu trabajo. Siempre, lo veas o no. Descansa en esta idea. Y conforme vayas evolucionando en tu dimensión corno persona, te darás cuenta de que cada vez requieres menos reconocimiento. Te recomiendo que hagas las cosas por el placer de hacerlas y por la dicha de saber que le estás sirviendo a alguien. Hasta ahí. Esto te liberará y te abrirá paso hacia la luz.

No juzgues. De mi maestro Dyer aprendí que «El enjuiciamiento y la paz son antitéticos”. No puede concebir el vivir enjuiciando a los demás y una sensación de paz interior. Aquí,  al principio, tienes que hacer un esfuerzo por mirar a los demás sin condenarlos por nada. Durante años hemos sido acostumbrados a lo contrario, pero hoy se nos ofrece una Nueva Conciencia corno opción y te invito a que la pruebes. Hay tanta paz ahí.

Date el regalo de estar un rato en silencio «todos los días». Esto genera una enorme paz. Date tan sólo un momento de silencio diariamente y comprenderás lo que te estoy diciendo aquí. Cuando empieces a disfrutar regularmente de estos momentos no los querrás cambiar por nada y es que ahí empezarás a sentir paz.

Ora. He aprendido que la forma más clara de ves cerrando los ojos. Cada vez que abres tus ojos, el ego te tienta con lo que observas en el mundo material que percibes al abrirlos, pero cada vez que los cierras, se abre la opción de percibir tu interior y saber que todos tenemos un lugar en nuestro interior donde mora la paz y la armonía. Nadie puede llegar ahí salvo tú. Es parte de tu verdadera seguridad, de tu verdadero éxito en la vida. Cuando aprendí a orar, supe que podía pedir la paz en cualquier momento y en ese mismísimo instante se materializaba en mí. Me consta. Todavía me emociona recordar algún momento en que me sentí amenazado y cuando dije con fe «puedo elegir la paz en lugar de esto», al instante sonó en mi computadora la señal de que recibía correo electrónico abrí mis ojos y se trataba de una oración divina que alguien me enviaba sólo por el placer de compartírmela. La oración iniciaba diciendo «No te preocupes, déjalo todo en mis manos y reposa en mi Firma: Jesús». Este tipo de experiencias las he vivido en varias ocasiones. Entre bromas, he llegado a sospechar que en el cielo haya Internet.

Tu yo espiritual siempre te alentará a buscar la paz. Te invito a que sigas esta guía que llevas dentro. Es maravilloso vivir gran parte de nuestra vida en esta Nueva Conciencia, cada vez más conforme lo desees en verdad. Tu espíritu deberá estar a cargo de tu vida para que experimentes la paz de la que aquí te hablo. Si la logras, el ego querrá entrometerse de alguna otra manera; si entras a la luz, el ego querrá traerte de vuelta a la oscuridad. Tu ego siempre intentará detener tu evolución. El ego tratará de persuadirte haciéndote creer que todo lo que te he dicho aquí es mentira, y si lo llegas a experimentar, tratará de hacerte creer que también es mentira y sólo es algo pasajero. Entonces, llegó el momento de aclarar más el camino, seguir buscando la luz y cruzar esa puerta yendo …

DE LA MENTIRA A LA VERDAD

Éste es un verdadero desafío para nuestro ser, para evitar esa oscuridad donde nos atrapa el ego cuando nos invita a mentir para salir de algún apuro sin damos cuenta que de esa manera nos estamos metiendo en uno cada vez más grande; y es que como dijo alguna vez Aristóte1es: «El mayor castigo del embustero es que aun cuando diga la verdad, nadie le creerá». Di la verdad, siente la verdad y sé la verdad. La etapa evolutiva donde te encuentres será la pauta para permitirte vivir o no esto a plenitud y acariciar la libertad espiritual que surge como lógica consecuencia de vivir en la verdad, parte fundamental del verdadero éxito en la vida.

Claro que yo he mentido. Y no me importa si los demás también, sólo me atrapo en la conciencia de mí mismo y hoy me impresiona lo que fui capaz de decir y hacer en alguna etapa de mi vida, pero a la vez me alegro grandemente de la oportunidad que se me ha brindado de pasar al Iado de la luz, cruzar esa puerta y poder vivir cada vez más en un enorme júbilo y continua sensación de paz al saberme caminando por mi sendero espiritual viviendo en mi verdad, guste o no a los demás.

Un verdadero compromiso con la verdad es el gran paso que tú y yo daremos a lo largo de nuestro estudio en este capítulo. Y ese compromiso es un enorme progreso que juntos viviremos para dominar a nuestro ego, el cual crece mediante el engaño y la falsedad. Hoy he comprendido y he sentido que vivir en la verdad es una poderosa manera de abrazar a Dios y conocerlo. Cada mentira, cada engaño, cada falta de autenticidad es alejamos de este maravilloso encuentro. Algo que me ayudó tremendamente para transitar por este hermoso sendero espiritual es saber a ciencia cierta que Dios no tiene preferidos. Yo creo firmemente que el verdadero Dios nos acoge a todos por igual, sea cual sea nuestra condición socioeconómica, raza, credo, identidad sexual, nivel cultural, oficio, nacionalidad o color. Entonces, si es así, ¿qué caso tiene mentir? Hoy he aprendido que no mentimos a quien nos acepta incondicionalmente, tal vez porque no es necesario; sin embargo a aquel que no nos acepta tal como somos, a ése precisamente, es a quien más le mentimos. Mientras que alguien quiera que las cosas sean de determinada manera, el ego se impone; luego el otro para darle gusto, miente, el ego sigue creciendo; luego de la mentira que siempre se descubre, el primero se siente traicionado y quiere buscar justicia (que es una poderosa manera de maquillar la venganza) y así el ego sigue creciendo; luego el otro para defender su punto de vista quizá mienta otra vez, el ego ya es avasallante, y así sucesivamente. Se crea uno de los más grandes círculos viciosos que nos alejan del camino espiritual. Resulta irónico: buscamos paz donde no existe. Quizás ésa sea mi mejor manera de definir lo que es una mentira, intentar sentir paz y tranquilidad donde no existen en absoluto.

Mi invitación a una Nueva Conciencia en este capítulo supondrá un gran reto para ti y para mí por tantos años a los que hemos estado acostumbrados a llevar nuestra vida guiada por el ego. Sin embargo, está garantizado que la búsqueda espiritual se encuentra en la verdad. Te recomiendo lo que a muchos nos ha servido: comienza por mirar con honestidad y sin miedo tú verdadero yo, ese que solemos esconder bajo la «imagen del éxito», ese que está bajo la superficie que busca aceptación, ese que eres en verdad.

Nadie lleva un monstruo en su interior. Lo mejor de ti lo llevas dentro y lo monstruoso bien podría ser sólo la superficialidad de lo que presentas a los demás. Cree que la más profunda identidad, incluso de un criminal es su belleza espiritual. Sólo es cuestión de ir a ella y eliminar la superficialidad para que aflore la hermosura del interior. Miguel Ángel Buonaroti al esculpir su hermosa obra «El David», dijo que éste ya se encontraba dentro del mármol, y que sólo le quitó lo que le sobraba. Quizás así pase con nosotros, muy dentro de nuestra fría y marmórea superficialidad se encuentre la belleza de nuestro verdadero yo. Quitando la mentira surge la verdad, ergo, quitando al ego surge nuestro espíritu, y ése siempre es agradable a los ojos de toda la creación.

En los últimos años de mi vida he trabajado con mucha atención en eliminar lo que hoy identifico como mis mentiras. Mientras las cometía, nunca quise dañar a alguien o algo, simplemente fue el modelo que aprendí para salir de un apuro o lograr mis oscuras intenciones. Durante mucho tiempo aprendí a escuchar a mi ego quien siempre me invitó a mentir para ocultar mis propias debilidades o incapacidades. Así siempre suceden los dictados del ego. Cuando decidí abrir la puerta que me llevaba al Iado de la luz, me sorprendí de la fuerza que tenía mi ego en el otro lado; de igual forma me empecé a sorprender con las historias que me contaban mis amigos acerca de cómo han engañado a sus esposas durante alguna aventura sexual. Recuerdo que viajando en carretera, interesante circunstancia que siempre nos invita a conversar, un amigo me platicaba alguna noche de juerga donde llegó hasta altas horas de la madrugada con su esposa.

Ella le preguntó con quién había estado y él contestó que con nadie en específico. Luego la esposa le presentó evidencias por las que ella sospechaba que salía con otra persona, a lo que mi amigo comentó: » .. .lo que te digo es lo que es. Tú cree lo que quieras». ¡Caray! Qué fuerte puede ser el ego donde frente a la cristalina evidencia (máximo grado de verdad) aún puede negada para mantener una «imagen», aún puede mentir al grado del absurdo. Así de poderoso podemos hacer a nuestro ego a través de la mentira. Y las consecuencias paralelas de estos relatos es que yo, mientras escuchaba, me preguntaba si a mí no me mentiría algún día también. La gente no se da cuenta de que en sus relatos de aventuras sólo muestra su verdadera identidad y lejos de sentir camaradería quizás estén sembrando la desconfianza.

Pasaron los meses y sí, efectivamente, también esa persona a mí me mintió, y por supuesto que me hirió (bueno, a mi ego). A una persona así cuando la conocemos e identificamos como mentirosa la tendemos a rechazar, a alejamos de ella. El ego vuelo ve a hacer de las suyas favoreciendo la separación. E mensaje vuelve a ser claro: La mentira nos separa; la verdad nos une. Así de simple.

En mi experiencia, la elección de un sendero espiritual fue algo que se sucedió poco a poco y casi sin dar me cuenta sino hasta que ya estaba ahí. La luz fue entrando paulatinamente. De modo gradual se volvió intolerable para mí vivir con las mentiras, incluso hoy el día sufro cuando intento decir alguna mentira «piadosa» Hoy no puedo. Me siento tan mal tan sólo de pensar que llevada a la acción concreta ya es inoperante para mí. No todos mentimos. Hay gente que ha llegado a una evolución tal que lleva años sin necesidad de mentir.

Debo confesar que para llegar a este «grado de decir la verdad», al principio se aterroriza el ego y no nos deja fácilmente. Pero luego, cuando aprendí a dominarlo poco a poco, con una Nueva Conciencia de mi espiritualidad, cuando empecé a creer que soy un ser divino, a igual que cualquier otra manifestación de la creación al igual que cualquier otra persona, empecé a optar por cada vez más verdad en mi vida. Esa verdad la empecé a experimentar como una liberadora sensación en m continuo andar. Cada vez que optaba por decir la verdad me sentía placenteramente libre. Así entendí lo que dacia el apóstol San Juan 8:32: «La verdad os hará libres».

La verdad te hace libre porque ya no estás centrado en tu ego, ya no estás atrapado al pendiente de ti mismo preocupado por el tipo de imagen que estás proyectando o protegiendo. Es cuando te das cuenta de que ere: más, mucho más, que tu imagen. Cuando vivas en este grado de verdad al que te estoy invitando, al principio te sentirás tan extraño que no creerás ser parte de este mundo. La esencia de la mentira es que alguien quiere mantener su imagen, su yo falso, por miedo a ser rechazado. Tú te darás cuenta y con amoroso silencio quizá le digas que está bien, que no importa. Pero tú sabes que miente. Verás a esas personas como lejos de ti, de otro mundo, pero al mismo tiempo podrás percibirlas, irónicamente, tan parte de ti en su esencia de verdad pero que ellos mismos no se han dado cuenta de que la tienen y tú sí. Por eso, quizá la separación de estas personas sea momentánea, mientras te alcanzan en el lugar donde la verdad nos hace libres, y ahí se suceda un reencuentro. Todos vamos hacia allá, poco a poco, cada quien a su paso.

Stuart Wilde en su libro Whispering Winds ofChange («Los susurrantes vientos del cambio») expresa con gran sabiduría lo que te he querido comentar aquí:

A lo largo de los años, al aumentar tu energía espiritual, las mentiras pasan de construir una parte de tu vida cotidiana a ser tristes necesidades, luego a experiencias desagradables, cargas en extremo dolorosas, para librarte de las cuales harás lo que sea. Si has emprendido la senda espiritual sabrás a lo que me refiero es la trascendencia es en parte el proceso de pasar de la falsedad a lo real.

Si esto lo hubiera leído hace diez años ni lo hubiera entendido y por lo mismo no lo hubiera creído. Hoy vibro con cada una de sus palabras porque así, exactamente así, lo he sentido. Confío en que si tú has optado por el verdadero éxito en la vida, es decir, si has optado por recorrer tu senda espiritual, tendrás una experiencia muy parecida a la de Stuart o yo o la de tantos otros. Comenzarás a sentir como muy pesada a la más ligera y pequeña mentira. Ahí tendrás otra manifestación donde tu yo espiritual está venciendo a tu ego.

Ejemplos de comportamientos en el lado oscuro

Vemos y escuchamos mentiras en todo momento. Los medios de comunicación son uno de los principales responsables de esta creencia limitadora del ego: todos mentimos, incluso lo debemos hacer para lograr lo que queremos. Hoy que siento estar avanzando poco a poco en mi senda espiritual, no me extraña que ya no me inviten a determinados programas de televisión como hace unos años (afortunadamente hoy me invitan a otros). Hoy que la vida me ha dado la oportunidad de estudiar todo lo relacionado con la Medicina Vibracional, he comprendido que cuando uno visita un lugar donde reina la mentira (ejemplo de vibración baja) uno se siente mal en general. Y no es necesario visitar un set de televisión con un programa donde se idolatra al ego, incluso puede pasar en la casa de una familia donde reine la mentira. Uno entra y de inmediato se siente mal. Quizá no encuentres razón lógica para sentirte así, pero cuando descubres la tremenda interacción molecular y el nivel de vibración de energía en un recinto, lo comprendes de inmediato y con sorpresa. Urge salir de ahí.

El mensaje es claro: lo que muchos medios de comunicación nos muestran es totalmente falso, por lo menos en la forma. Es mentira. Si hablo de los noticieros me extendería redundando inútilmente en el tema cuando se entrevistan a ciertos políticos. Gobernantes que prometen algo y resulta mentira. Un tema por demás manifiesto y que no pienso ahondar por una verdad tan sabida. Mi comentario al respecto lo quiero sintetizar en una conclusión: todos, en alguna medida, nos hemos habituado a las mentiras. Es un momento donde empezamos a ver las mentiras como lo normal, pero sólo cuando uno empieza a caminar por la senda espiritual, es cuando uno ya no lo empieza a ver tan normal a pesar de su frecuencia.

Cuando empieces a sentirte mal por tus mentiras, por pequeñas que éstas sean, será un hermoso indicio de que estás dominando a tu ego y tu yo espiritual demanda emerger. Mientras tanto, tan sólo para recordarte (ya mí también), aquí te nombraré algunos comportamientos del lado oscuro, gobernados por nuestro ego:

Engañar para salvamos de alguna llamada de atención o evitar la vergüenza. Inventar una historia para convencer a alguien de que eres inocente de alguna mala acción es una de las más poderosas fuentes para mentir. Este tipo de mentiras se puede hacer complejo porque implica citar datos, fechas, nombres, lugares o breves historias que no son verdad, y luego hay un gran estrés al intentar recordadas para cuando se vuelve a indagar. Se van sumando más y más mentiras para que el falso argumento original se mantenga. Esto es tremendamente desgastante para todas las partes y más para quién miente. Mi consulta, en varias ocasiones, ha estado repleta de motivos así que llevan al paciente a buscar terapia, con la necesidad que les ahoga por decide la verdad aunque sea a alguien.

Fanfarronería. El ego inclina a miles de personas a llamar la atención, exagerando sus éxitos o sus posesiones. Personas que piden un auto prestado para presumir que es suyo o sintiéndose bien por manejado aunque no sea propio. Sujetos, hombres y mujeres que son tan poco en su interior, que se sienten mejor si usan determinada marca de ropa y «se ve la marca», aunque aún la deban o si su interior no está acorde con la fineza de la prenda. Gente que cree que con ropa fina se hace fina. Mucha gente todavía vive a oscuras creyendo en la imagen del éxito. La práctica de exagerar los hechos para llamar la atención puede ser encantadora cuando se es niño, pero los adultos que han decidido evolucionar como personas, ya no requieren de esta clase de mentiras al eliminar la necesidad de sentirse importantes ante los ojos de los demás.

•        Pasar algo por alto en beneficio propio. Ser honrado requiere que uno diga la verdad con independencia de si uno se beneficia o no de determinado error. Por ejemplo, cuando alguien recibe un cambio de dinero erróneo a su favor, y se suele callar, eso es mentir. Eso sin duda nos aleja de la paz y tranquilidad verdaderas. Pero cuando se aprende que mentir o callar un error en beneficio propio es algo que nos quita la tranquilidad, entonces preferimos no mentir.

Tender trampas en beneficio propio. Como dicen los abogados, cuando se actúa con toda premeditación, alevosía y ventaja, el acto tiene las tres agravantes que generan culpabilidad. Existen estudios que demuestran que existe una gran cantidad de negocios que cobran un pequeño excedente de más en sus facturas, en mi experiencia personal ha sido con compañías telefónicas; hay gran cantidad de páginas en Internet que tienden trampas para sólo obtener tu número de tarjeta de crédito y hacer cobros constantes sin que te des cuenta o hasta que sea demasiado tarde; en mi país hay gasolineras que presumen orgullosamente vender «litros de a litro» ya que hay otras que no. Con estos y muchos más ejemplos del comportamiento del lado oscuro, se empieza a gestar un inconsciente colectivo donde existe la idea de que engañar a los demás está bien por ser una práctica tan común, al grado que incluso es justo por lo que le hacen unos a otros. De esta manera siempre se vivirá apartado de la búsqueda espiritual, y lo único que lógicamente encontrarás es que también los otros te engañan a ti. Se cierra un círculo vicioso, se perpetúa la oscuridad. Pero cuando uno está en sintonía con Dios, viviendo el verdadero éxito en la vida en su dimensión espiritual, no se tiene necesidad de nada que no sea auténtico.

Autoengaño. Éste es uno de los colmas de la mentira. Mentirse a sí mismo y ¡creerlo! Cada vez que alguien se compara con los demás y se siente inferior, su ego sufre, por tanto, puede empezar a tratar de autoconvencerse de que también es especial y a creerse el más guapo o guapa, el o la más inteligente, el o la más espiritual, y todo ello, sin verdaderamente serlo. El ego intentará competir todo el tiempo, al grado que querrá hacerte creer a ti mismo tus propias mentiras. Mira, hablando sinceramente, tú bien sabes quién eres y de lo que eres capaz. Si eres honesto, también sabes cómo se sufre cuando quieres convencerte de algo que no eres y de tu esfuerzo por convencer a los demás de lo que tú mismo sabes que no es así. Se vive con toda la sintomatología del sufrimiento cuando hay autoengaño. El cuerpo grita por más que tú quieras callar.

Éstos son algunos de los comportamientos en el lado oscuro de tu ser, guiados por tu ego, tratando diaria-mente de que aceptes tu yo falso. Una vez que hayas identificado este tipo de comportamientos en ti y «algo» te empiece a hacer sentir mal cuando mientas, quizás hasta entonces llegó tu momento de despertar y pasar a lado de la luz. Una de mis mayores ilusiones es que este libro que ahora tienes en tus manos favorezca de alguna manera tu interés por conocer otro estado de conciencia más puro y en verdad vigorizante. Por eso aquí te presento algunas sugerencias para evolucionar pasando al lado de la luz

Adquiere el compromiso de experimentar una Nueva Conciencia de la verdad. Aquí quiero re-comendarte que establezcas una nueva relación con tu idea de verdad. N o pienses que la verdad es que todos mienten, la verdad es que tú no mientas, ésa sí es verdad. La forma de lograr esto es atrapándote a ti mismo cuando sepas que estás mintiendo y detenerte. Esta práctica funciona. Luego de reconocer ante uno mismo que se estaba mintiendo o se estaba a punto de mentir, surge una sensación de libertad que no querrás cambiar ni por la mejor mentira. Toma la decisión formal de relatar los hechos tal como fueron sin mentir en ninguna parte de ello. Verás qué bien se siente, fíjate en la sensación que te produce incluso horas después. Cuando recurras a esta poderosa estrategia que te estoy compartiendo, irá aflorando tu verdadero yo, surgirá «El David» que todos llevamos dentro, conocerás a tu ser espiritual en acción. Te garantizo que empezarás a disfrutar de una vida más profunda y rica, experimentarás una sensación que de ninguna manera es equiparable al placer que siente un mentiroso al salir de un problema mediante sus embustes.

Detén esa voz interior que te dice que el mundo es un lugar peligroso donde sólo te quieren engañar. Una de las más poderosas razones que argumentarás para seguir mintiendo es que el mundo es un lugar amenazante y que hay gente que sólo quiere aprovecharse de tu inocencia y buena voluntad. ¡Falso! En el mundo hay gente buena y con hermosas y sublimes intenciones de ayuda al ser humano. Aquí te quiero recomendar una de las estrategias más útiles para eliminar la errónea creencia de que «todo el mundo es malo». Busca a un amigo o familiar, busca a un terapeuta que te inspire total confianza, únete a un grupo de apoyo o asiste a terapias de grupo donde puedas ser sincero acerca de tus miedos, de tu vida. ¡Busca tan sólo un lugar, una sola persona, con quien puedas ser tú! Con ello será suficiente para entender que no todo el mundo es malo y nos quiere engañar. Quizás una de las más maravillosas experiencias en mi vida es haber tenido la fortuna de conocer a ese alguien a quien le pude decir abiertamente: » … ¡éste soy yo!», y me aceptó tal cual soy. Ahí el ego se derrumba y surge un estado de espiritualidad que me es muy difícil explicarte en palabras. No las tengo. Al permitirte reemplazar la idea de que el mundo es malo con la divina experiencia de que en él hay gente buena que te acepta y te quiere tal cual eres, recordarás que Dios vive en ti y se manifiesta en tu propia liberación. La lección: Mientras menos tengas, sentirás menos necesidad de mentir.

Ten disciplina mental y emocional. Así como un atleta forja sus músculos mediante la disciplina del ejercicio, un ser espiritual avanza mediante la disciplina de cuidar su mente y emociones conscientemente y de forma constante. Por ejemplo, la lectura de este libro, o de libros de este tipo, están generando en ti una disciplina mental, desde la lectura en sí misma hasta los conceptos que pueden ser nuevos para ti. Cuando «haces algo» para crecer emocionalmente, entonces y únicamente así, creces. El crecimiento espiritual no es como el del cuerpo, donde éste prácticamente crece solo. Si te das cuenta, para que tu cuerpo crezca no tienes mucho que hacer, no conozco a nadie que puje para que le crezcan las uñas o el pelo. Eso sucede casi en automático. Pero crecer en tu interior sí requiere de tu voluntad. Tienes que hacer algo, no sucede solo. La disciplina mental la gestas al fomentar buenas amistades, en la lectura de libros que eleven tu espíritu y dignifiquen tus actos, al escuchar música que te alegre y te deje algo bueno en verdad, al elegir programas de radio y televisión que sólo te aporten crecimiento en tu interior, siendo ésta una poderosa herramienta consciente para eliminar tu tendencia al engaño. En menos de lo que te esperas se convertirá en un hábito esta disciplina y habrás destronado a tu ego. Súbitamente te atraparás disfrutando de nuevas y muy distintas amistades, escuchando música que antes no creías que existiera, leyendo libros que nunca te interesaron, hablando de temas que no pensaste antes citar. Tu vida da un vuelco hacia la verdad y se siente tan, tan bien.

Guarda silencio. Cuando tengas la duda de decir o no la verdad porque supones que ésta será muy abrumadora, mejor calla, pero no inventes una historia falsa como salida. Callar en estos casos es mejor para todas las partes. No hacer ni decir nada es más gratificante para tu espíritu que mentir: tienes todo el derecho a guardar silencio y aprender, en silencio, alguna lección. No estás obligado a revelar a todo el mundo todos los aspectos de tu vida. Tu vida, como quiera que sea, es un santuario y te recomiendo que la trates como tal.

Entabla un código de honor contigo mismo. Aquí te quiero invitar a que saborees la exquisita experiencia de tener una verdad personal y hacerla inexpugnable para cualquier fuerza exterior. Sencillamente sigue la verdad por el placer exclusivamente personal de hacerlo y no por temor a la reprimenda por no hacerlo. No mientas sintiendo que al fin nadie se enteró, mejor no mientas porque eso es algo que ya no va contigo, ya no hay espacio para la oscuridad donde aparece •la luz. No busques la aprobación exterior de tus actos, recuerda que eso quiere tu ego, sólo disfruta de tu propia aprobación al saber que lo que hiciste, aunque nadie lo sepa, fue bien hecho y en honor a la verdad. Si logras hacer esto, j aunque nadie lo sepa!, te juro que experimentarás una armonía con tu yo espiritual que no existen palabras para describir el momento.

Resiste la necesidad de fanfarronear. Esfuérzate por vivir una misión, tener un noble propósito en todos tus actos, y ello te ayudará a no caer en la tentación de hacerte el interesante. ¿Te has fijado cómo la gente más fanfarrona o arrogante no tiene una misión en su vida ni un noble sentido en su diario quehacer, y muchas veces ni siquiera tiene qué hacer? Pon más atención en las relaciones sociales y lo podrás ver claramente. Si te atrapas exagerando en algo o fanfarroneando, simplemente detente y corrige. Haz una pausa, y sigue con tu verdad. Experimentarás las interesantes consecuencias de una vida más en paz cuando dejas de fanfarronear. Irradiarás tu espiritualidad y conocerás una manera de vivir más gozosa.

Ten la plena certeza de que carece de toda importancia llevase el mérito. El ego tiene tanta necesidad de ser reconocido que el uso de la mentira es una fórmula que le da muchas veces resultado. Recuerda: nadie aprueba a quien busca aprobación. Cuanto más necesidad de admiración o aprobación tengas, menos sentirás obtener. Cuando aprendí hace años a abandonar la necesidad de aprobación externa, por primera vez me sentí en la libertad de mostrar mi verdad. Y algo irónico de la vida es que, mientras menos aprobación busqué, más obtuve.

El paso hacia la luz, el apasionante viaje espiritual de nuestro ser, implica abandonar al ego. Pero mientras estemos en forma de humano, con un cuerpo material, el ego siempre nos merodeará. Se trata de que lo haga cada vez menos, poco a poco. Mientras seamos humanos la tentación de mentir siempre se nos presentará como una opción. Quizá, como te dije desde un principio, este libro lo escribí también para mí, para recordarme el camino por donde ando y de lo que me he comprometido a ser mientras transito como humano. Me emocionan las palabras de Rumi cuando dice:

Cuando por fin veáis a través de los velos cómo son las cosas en realidad, no dejaréis de decir una y otra vez: «Desde luego, esto no es como pensábamos que era» .

Mi invitación es igual para ti, a quitamos los velos que desde hace muchos años otras generaciones nos pusieron. Mi invitación es a un cambio desde dentro, a una nueva Conciencia, y es bien sabido por estudios formales del comportamiento humano, que todo cambio da miedo. Por ello, ahora debemos pasar …

DEL MIEDO AL AMOR

Continúa en el siguiente capítulo.