Curso de autoestima 317

Curso de autoestima 317

317. La Aceptación del Presente

Autoestima 317- La aceptación del presente – Curso de autoestima – Podcast en iVoox

Lo pasado ha huido, lo que esperas está ausente, pero el presente es tuyo. Proverbio Arabe

Si siempre aceptamos el modo en que son las cosas, no estamos haciendo ningún esfuerzo para mejorarlas. Me parece que el progreso consiste, tanto en nuestra vida personal como colectivamente, en no aceptar las limitaciones del presente sino en esforzarse por superarlas y crear algo mejor. Si no hubiéramos hecho esto, aún estaríamos viviendo en las cavernas. ¿Cómo reconcilia la entrega con cambiar las cosas y lograr hacerlas?

Para algunas personas, la entrega puede tener connotaciones negativas, implica derrota, renunciar, fracasar en superar los retos de la vida, aletargarse, o algo así. La verdadera entrega, sin embargo, es algo completamente diferente. No significa soportar pasivamente cualquier situación en la cual se encuentre y no hacer nada al respecto. Tampoco significa dejar de hacer planes o de iniciar acciones positivas.

La entrega es la simple, pero profunda sabiduría de ceder más que oponerse al fluir de la vida. El único lugar donde usted puede experimentar el fluir de la vida es en el Ahora, así que entregarse es aceptar el momento presente incondicionalmente y sin reservas. Es abandonar la resistencia interior a lo que es, por el juicio mental y la negatividad emocional. Se vuelve particularmente pronunciada cuando las cosas «van mal», lo que significa que hay una brecha entre las demandas o expectativas rígidas de su mente y lo que es. Esa es la brecha del dolor.

Si usted ha vivido bastante, sabrá que las cosas «van mal» muy a menudo. Es precisamente en esas ocasiones cuando se debe practicar la entrega, si usted quiere eliminar el dolor y la tristeza de su vida. La aceptación de lo que es lo libera inmediatamente de la identificación con la mente y así lo vuelve a conectar con el Ser. La resistencia es la mente. La entrega es un fenómeno puramente interior. No significa que en el exterior usted no pueda actuar y cambiar la situación.

De hecho, no es la situación total lo que usted debe aceptar cuando se entrega, sino sólo el minúsculo segmento llamado el Ahora. Por ejemplo, si usted estuviera atascado en el barro en algún sitio, no diría: «Bien, me resigno a quedarme en el barro». La resignación no es entrega. Usted no tiene que aceptar una situación vital indeseable o desagradable. Ni necesita engañarse a sí mismo y decir que no hay nada malo en estar atascado en el barro. No, usted reconoce completamente que quiere salir de ahí. Entonces concentra su atención en el momento presente sin etiquetarlo mentalmente de ninguna forma. Esto significa que no juzga al Ahora. Por lo tanto, no hay resistencia, ni negatividad emocional. Usted acepta el ser del momento. Entonces emprende la acción y hace todo lo que puede para salir del barro.

A tal acción la llamo acción positiva. Es mucho más efectiva que la acción negativa, que surge de la ira, la desesperación o la frustración. Hasta que usted logre el resultado deseado, continúa practicando la entrega refrenándose de calificar el Ahora. Permítame darle una analogía visual para ilustrar lo que trato de decir. Usted está caminando por un sendero por la noche, rodeado de una niebla espesa. Pero tiene una linterna potente que atraviesa la niebla y crea un estrecho espacio claro frente a usted. La niebla es su situación vital, que incluye el pasado y el futuro; la linterna es su presencia consciente; el espacio claro es el Ahora.

La incapacidad de aceptar endurece su forma psicológica, la cáscara del ego, y crea así un fuerte sentido de separación. El mundo que lo rodea y en particular la gente se perciben como amenazas. Surge la compulsión inconsciente de destruir a los demás por medio del juicio, así como la necesidad de competir y dominar. Incluso la naturaleza se convierte en su enemiga y sus percepciones e interpretaciones están dominadas por el miedo.

La enfermedad mental que llamamos paranoia es sólo una forma un poco más aguda de este estado normal, pero disfuncional, de conciencia. No sólo su forma psicológica sino también su forma física – su cuerpo – se vuelve duro y rígido por la resistencia. La tensión surge en diferentes partes del cuerpo y el cuerpo en su totalidad se contrae. El flujo libre de la energía vital a través de él, que es esencial para su funcionamiento saludable, se restringe en gran medida. El ejercicio y ciertas formas de terapia física pueden ayudar a restaurar este flujo, pero a menos que usted practique la entrega en su vida diaria, estas medidas sólo producen un alivio temporal de los síntomas puesto que la causa – el patrón de la resistencia – no ha sido disuelto.

Hay algo dentro de usted que no se afecta por las circunstancias transitorias que forman su situación vital y sólo a través de la entrega usted tiene acceso a ello. Es su vida, su verdadero ser, que existe eternamente en el reino intemporal del presente. Descubrir esa vida es «la única cosa necesaria», de la que habló Jesús.

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Si usted encuentra su situación vital insatisfactoria o incluso intolerable, sólo entregándose primero puede romper el patrón de resistencia inconsciente que perpetúa esa situación. La entrega es perfectamente compatible con la acción, con iniciar cambios o lograr metas. Pero en el estado de rendición hay una energía totalmente diferente, una cualidad distinta, que fluye en su actuar. La entrega lo vuelve a conectar con la fuente de energía del Ser y si su actuación está infundida por el Ser, se convierte en una celebración gozosa de energía vital que lo lleva más profundamente al Ahora. Por medio de la no resistencia, la calidad de su conciencia y, por lo tanto, la calidad de todo lo que está haciendo o creando se realza inconmensurablemente. Los resultados entonces se producirán por sí mismos y reflejarán esa calidad.

Podríamos llamar a esto «acción entregada». No es el trabajo como lo hemos conocido por miles de años. Según más seres humanos alcancen el despertar, la palabra trabajo irá desapareciendo de nuestro vocabulario y quizá se cree una nueva palabra para reemplazarla. La cualidad de su conciencia en este momento es la que constituye el determinante principal del tipo de futuro que experimentará; así pues, entregarse es lo más importante que puede hacer para producir un cambio positivo. Cualquier acción que realice es secundaria. No puede surgir una acción verdaderamente positiva de un estado de conciencia sin entrega.

Puedo entender que si estoy en una situación desagradable o insatisfactoria y acepto completamente el momento como es, no habrá sufrimiento o infelicidad. Me habré elevado por encima de ella. Pero aún no puedo entender bien de dónde vendrá la energía o motivación para actuar y producir el cambio si no hay cierta cantidad de insatisfacción.

En el estado de entrega, usted ve muy claramente lo que debe hacerse y actúa, haciendo una cosa cada vez y concentrándose en una cosa a la vez. Aprenda de la naturaleza: vea cómo todo se logra y cómo el milagro de la vida se despliega sin insatisfacción o infelicidad. Por eso Jesús dijo: «miren los lirios, cómo crecen; ni se afanan ni se enredan».

Si su situación general es insatisfactoria o desagradable, separe este instante y entréguese a

lo que es. Esa es la linterna que atraviesa la niebla. Su estado de conciencia deja entonces de ser controlado por las condiciones externas. Usted ya no depende de la reacción y la resistencia. Entonces mire los detalles específicos de la situación. Pregúntese a sí mismo: «¿Hay algo que pueda hacer para cambiar la situación, mejorarla o apartarme de ella?» Si es así, actúe apropiadamente. No se concentre en las cien cosas que hará o podría hacer en el futuro sino en la única que puede hacer ahora. Eso no significa que no deba planear. Puede ser que esa planeación sea lo único que puede hacer ahora. Pero asegúrese de no empezar a proyectar «películas mentales», a proyectarse a sí mismo hacia el futuro y a perder así el Ahora.

Cualquier acción que usted emprenda puede no producir fruto inmediatamente. Hasta que lo haga, no se resista a lo que es. Si no puede actuar y tampoco se puede apartar de la situación, úsela para ayudarle a profundizar más en la entrega, para profundizar más en el Ahora, en el Ser. Cuando usted entra en esta dimensión intemporal del presente, el cambio llega a veces de forma extraña sin necesidad de mucha acción de su parte. La vida se vuelve cooperadora y viene en su ayuda. Si factores internos, como el miedo, la culpa o la inercia le impiden actuar, se disolverán a la luz de su presencia consciente.

No confunda la entrega con una actitud de «Nada me puede molestar ya» o «Ya no me importa». Si lo mira de cerca, descubrirá que tal actitud está teñida de negatividad en forma de resentimiento oculto y por lo tanto no es entrega sino resistencia enmascarada. Según se entrega, dirija su atención hacia el interior para comprobar si queda alguna huella de resistencia dentro de usted. Esté muy alerta cuando lo haga; de otra forma la resistencia puede seguir ocultándose en algún rincón oscuro, en forma de un pensamiento o una emoción no reconocidos.

DE LA ENERGÍA MENTAL A LA ENERGÍA ESPIRITUAL

Soltar la resistencia: es más fácil decirlo que hacerlo. No veo todavía claramente cómo soltarla. Si usted dice que por medio de la entrega, aún queda la cuestión de «cómo». Empiece por reconocer que hay resistencia. Esté ahí cuando ocurra, cuando surja la resistencia. Observe cómo la produce su mente, cómo clasifica la situación, a usted mismo, a los demás. Mire el proceso de pensamiento involucrado en ello. Sienta la energía de la emoción. Al ser testigo de la resistencia, usted verá que no sirve para nada. Al concentrar toda su atención en el Ahora, la resistencia inconsciente se hace consciente, y ahí acaba. Usted no puede ser consciente e infeliz, consciente y negativo. La negativi dad, la infelicidad o el sufrimiento de cualquier forma significan que hay resistencia y la resistencia es siempre inconsciente.

¿Seguro puedo ser consciente de mis sentimientos de infelicidad?

¿Escogería usted la infelicidad? ¿Si no la escogió cómo surgió? ¿Cuál es su propósito? ¿Quién la mantiene viva? Usted dice que es consciente de sus sentimientos de infelicidad, pero la verdad es que usted está identificado con ellos y mantiene vivo el proceso por medio del pensamiento compulsivo. Todo eso es inconsciente. Si usted fuera consciente, es decir, si estuviera totalmente presente en el Ahora, toda la negatividad se disolvería casi instantáneamente. No podría sobrevivir en su presencia. Sólo puede hacerlo en su ausencia. Incluso el cuerpo del dolor no puede sobrevivir mucho tiempo en su presencia.

Usted mantiene viva su infelicidad dándole tiempo, que es su elemento vital. Suprima el tiempo por medio de la conciencia intensa del momento presente y morirá. ¿Pero quiere que muera? ¿Realmente ya está cansado? ¿Quién sería usted sin él? Hasta que practique la entrega, la dimensión espiritual es algo sobre lo que lee, habla, con lo que se emociona, acerca de lo que escribe libros, en lo que cree, o en lo que no, según el caso. No hay ninguna diferencia. Sólo cuando usted se entrega se vuelve una realidad viva en su vida. Cuando usted lo hace, la energía que usted emana y que entonces gobierna su vida es de una frecuencia vibratoria mucho más alta que la energía de la mente que aún gobierna nuestro mundo, la energía que creó las estructuras sociales, políticas y económicas existentes en nuestra civilización. Y que también se perpetúa a sí misma continuamente por medio de nuestros sistemas educativos y de nuestros medios de comunicación. A través de la entrega, la energía espiritual llega a este mundo. No genera sufrimiento para usted, para los demás seres humanos o para cualquier otra forma de vida del planeta.

Al contrario de la energía de la mente, no contamina la Tierra y no está sujeta a la ley de las polaridades, que determina que nada puede existir sin su contrario, que no puede haber bien sin mal. Los que funcionan con la energía de la mente, que son todavía la inmensa mayoría de la población de la Tierra, siguen siendo inconscientes de la existencia de la energía espiritual, la cual pertenece a un orden diferente de la realidad y creará un mundo diferente cuando un número suficiente de seres humanos entren en el estado de entrega y así queden totalmente libres de negatividad. Si la Tierra ha de sobrevivir, esta será la energía de los que habiten en ella.

Jesús se refirió a esta energía cuando hizo su famosa afirmación profética en el Sermón de la Montaña: «Bienaventurados los mansos; ellos heredarán la Tierra». Es una presencia silenciosa, pero intensa, la cual disuelve los patrones inconscientes de la mente, que pueden seguir aún activos por un tiempo, pero ya no gobernarán su vida. Las condiciones externas a las que uno se resistía tienden también a cambiar o a disolverse rápidamente por medio de la entrega. Es un transformador poderoso de las situaciones y de la gente. Si las condiciones no cambian inmediatamente, su aceptación del Ahora le permite elevarse por encima de ellas. En cualquier caso, usted es libre.

LA ENTREGA EN LAS RELACIONES PERSONALES

¿Y qué pasa con la gente que quiere usarme, manipularme o controlarme? ¿Debo someterme a

ellos? Están separados del Ser, así que inconscientemente intentan tomar energía y poder de usted. Es cierto que sólo una persona inconsciente tratará de usar o manipular a los demás, pero es igualmente cierto que sólo una persona inconsciente puede ser usada y manipulada. Si usted se resiste o lucha contra la conducta inconsciente de los demás, usted también se vuelve inconsciente. Pero la entrega no significa que usted permita que lo usen las personas inconscientes. En absoluto. Es perfectamente posible decir «no» firme y claramente a una persona o apartarse de una situación y estar en un estado de completa falta de resistencia interior al mismo tiempo. Cuando usted dice «no» a una persona o a una situación, procure que su reacción nazca de la comprensión, de una clara conciencia de lo que es correcto o no para usted en ese momento.

Haga que sea un «no» no reactivo, un «no» de alta calidad, un «no» libre de toda negatividad y que así no cree más sufrimiento. Estoy en una situación en el trabajo que es desagradable. He intentado entregarme a ella, pero lo encuentro imposible. Sigue surgiendo mucha resistencia.

Si usted no puede entregarse, actúe inmediatamente. Hable o haga algo para producir un cambio en la situación, o apártese de ella. Asuma responsabilidad de su vida. No contamine su hermoso, radiante Ser interior ni la Tierra con negatividad. No le dé a la infelicidad en cualquier forma un lugar de residencia en su interior. Si usted no puede actuar, por ejemplo, si está en prisión, le quedan dos elecciones: la resistencia o la entrega. La sujeción o la libertad interior de las condiciones externas. El sufrimiento o la paz interior.

¿La no resistencia debe practicarse también en la conducta externa de nuestra vida, como por ejemplo la no resistencia a la violencia, o es algo que sólo concierne a nuestra vida interior?

Usted sólo necesita preocuparse del aspecto interior. Eso es primordial. Por supuesto, eso también transformará la conducta de su vida externa, sus relaciones y así sucesivamente. Sus relaciones cambiarán profundamente con la entrega. Si usted no puede aceptar nunca lo que es, eso implica que tampoco podrá aceptar a las personas como son. Usted juzgará, criticará, encasillará, rechazará o intentará cambiar a las personas. Además, si usted convierte continuamente al Ahora en un medio para alcanzar un fin en el futuro, usted también convertirá a cada persona que encuentre o con la que se relacione en un medio para un fin. La relación – el ser humano – es entonces de importancia secundaria para usted, o sin ninguna importancia. Lo que usted puede obtener de la relación es lo primordial, sea ello una ganancia material, una sensación de poder, placer físico, o alguna forma de gratificación del ego.

Permítame ilustrarle cómo la entrega puede funcionar en las relaciones. Cuando usted se involucra en una discusión o en alguna situación de conflicto, quizá con una pareja o con alguien cercano a usted, empiece por observar cómo se vuelve defensivo según es atacada su posición, o sienta la fuerza de su propia agresión según ataca la posición de la otra persona. Observe su apego a sus puntos de vista y opiniones. Sienta la energía mental-emocional que hay tras su necesidad de tener la razón y de mostrar lo equivocada que está la otra persona. Esa es la energía de la mente egotista. Usted lo hace consciente al reconocerlo, al sentirlo tan plenamente como sea posible. Entonces un día, en medio de una discusión, se dará cuenta súbitamente de que tiene una opción y puede que decida abandonar su reacción, sólo para ver qué pasa. Usted se entrega.

No me refiero a abandonar la reacción sólo verbalmente diciendo: «De acuerdo, usted tiene razón» con una cara que dice: «Estoy por encima de toda inconsciencia infantil». Eso es sólo desplazar la resistencia a otro terreno, con la mente egotista todavía dominando, reclamando superioridad. Estoy hablando de soltar todo el campo de energía mental-emocional que está dentro de usted luchando por el poder.

El ego es astuto, así que usted debe estar muy alerta, muy presente y ser totalmente honesto consigo mismo para ver si ha abandonado verdaderamente su identificación con una posición mental y se ha liberado así de su mente. Si usted súbitamente se siente muy ligero, claro y profundamente en paz, ese es un signo inequívoco de que se ha entregado verdaderamente. Entonces observe qué ocurre a la posición mental de la otra persona cuando usted ya no la energiza con su resistencia. Cuando la identificación con las posiciones mentales deja de estorbar, comienza la verdadera comunicación.

¿Y qué hay de la no resistencia frente a la violencia, la agresión y las situaciones similares?

La no resistencia no significa necesariamente no hacer nada. Todo lo que significa es que cualquier acto se vuelve no reactivo. Recuerde la profunda sabiduría que subyace en la práctica de las artes marciales orientales: no se resista a la fuerza del oponente. Ceda para superarla.

Se ha dicho que «no hacer nada» cuando usted está en un estado de intensa presencia es un elemento transformador poderoso y un curador de la situaciones y de la gente. En el taoísmo, hay un término llamado wu wei, que se traduce habitualmente como «actividad sin acción» o sentarse en silencio sin hacer nada. En la antigua China, esto se consideraba uno de los más altos logros o virtudes. Es radicalmente diferente de la inactividad en el estado ordinario de conciencia, o más bien de inconsciencia, que brota del miedo, la inercia o la indecisión. El verdadero «no hacer nada» implica no resistencia interior e intenso estado de alerta.

Por otro lado, si se requiere acción, usted ya no reaccionará a partir de su mente condicionada, sino que responderá a la situación a partir de su presencia consciente. En ese estado, su mente está libre de conceptos, incluido el concepto de no violencia. ¿Así que, quién puede predecir lo que usted hará?

El ego cree que su fuerza se encuentra en su resistencia, mientras que en verdad la resistencia lo separa del Ser, el único lugar de verdadero poder. La resistencia es debilidad y miedo enmascarados como fuerza. Lo que el ego ve como debilidad es su Ser en su pureza, inocencia y poder. Lo que ve como fuerza es debilidad. Así pues el ego existe en un modo de resistencia continua y simula papeles para encubrir su «debilidad», que en realidad es su poder.

Hasta que haya entrega, la representación inconsciente de papeles en un drama constituye una parte importante de la interacción humana. En la entrega, usted ya no necesita defensas del ego ni falsas máscaras. Usted se vuelve muy sencillo, muy real. «Eso es peligroso» dice el ego. «Vas a resultar herido. Te vas a volver vulnerable». Lo que el ego no sabe, desde luego, es que sólo abandonando la resistencia, volviéndose «vulnerable», usted puede descubrir su verdadera invulnerabilidad.

TRANSFORMAR LA ENFERMEDAD EN ILUMINACIÓN

Si alguien está gravemente enfermo y acepta completamente su condición y se entrega a la enfermedad, ¿no habría renunciado a su derecho a recuperar la salud? La determinación de luchar con la enfermedad desaparecería, ¿no? La entrega es la aceptación interior de lo que es sin reservas. Estamos hablando de su vida – este instante – no de las condiciones o circunstancias de su vida, no de lo que llamo su situación vital. Ya hemos hablado de esto.

En cuanto a la enfermedad, eso es lo que significa. La enfermedad es parte de su situación vital. Como tal, tiene un pasado y un futuro. El pasado y el futuro forman un continuo ininterrumpido, a menos que el poder redentor del Ahora se active por medio de su presencia consciente. Como sabe, bajo las diferentes condiciones que forman su situación vital, que existen en el tiempo, hay algo más profundo, más esencial: su Vida, su verdadero Ser en el Ahora sin tiempo.

Puesto que no hay problemas en el Ahora, no hay enfermedad tampoco. La creencia en una etiqueta que alguien adhiere a su condición la mantiene en su lugar, le da fuerza y hace una realidad aparentemente sólida de un desequilibrio temporal. Le da no sólo realidad y solidez sino también una continuidad en el tiempo que no tenía antes. Al concentrarse en este instante y evitar rotular a la enfermedad mentalmente, se reduce a uno o varios de estos factores: dolor físico, debilidad, incomodidad o incapacidad. Eso es a lo que usted se somete ahora. Usted no se somete a la idea de «enfermedad». Permita que el sufrimiento lo empuje hacia el momento presente, hacia un estado de intensa presencia consciente. Úselo para la iluminación.

La entrega no transforma lo que es, al menos no directamente. La entrega lo transforma a usted. Cuando usted está transformado, todo su mundo se transforma, porque el mundo es sólo un reflejo. Hablamos de esto antes.

Si usted mirara en el espejo y no le gustara lo que ve, tendría que estar loco para atacar a la imagen del espejo. Eso es precisamente lo que usted hace cuando está en un estado de no aceptación. Y, por supuesto, si usted ataca a la imagen, ella le devuelve el ataque. Si usted acepta la imagen, no importa lo que sea, si usted es amistoso con ella, no puede no ser amistosa con usted. Así es como usted cambia el mundo.

La enfermedad no es el problema. Usted es el problema, mientras la mente egotista tenga el control. Cuando usted está enfermo o incapacitado, no sienta que ha fracasado, no se sienta culpable. No culpe a la vida por tratarlo injustamente, pero tampoco se culpe a sí mismo. Todo eso es resistencia. Si usted tiene una enfermedad grave, úsela para la iluminación. Cualquier cosa «mala» que ocurra en su vida, úsela para la iluminación. Retire el tiempo de la enfermedad. No le

dé pasado ni futuro. Haga que ella lo obligue a tener una conciencia intensa del momento presente, y vea lo que pasa. Conviértase en un alquimista. Transmute el metal bajo en oro, el sufrimiento en conciencia, el desastre en iluminación. ¿Está gravemente enfermo y enfadado por lo que acabo de decir? Entonces es un signo claro de que la enfermedad se ha vuelto parte de su sentido de sí mismo y de que usted está protegiendo ahora su identidad, así como a la enfermedad. La condición clasificada como «enfermedad» no tiene nada que ver con quien es usted verdaderamente.

CUANDO EL DESASTRE GOLPEA

En lo que concierne a la mayoría todavía inconsciente de la población, sólo una situación crítica tiene la capacidad de quebrar la dura cáscara del ego y de obligar a la entrega y forzar al estado de despertar. Una situación crítica surge cuando a través de algún desastre, una conmoción drástica, una pérdida profunda, o el sufrimiento, todo su mundo se hace añicos y ya no tiene sentido. Es un encuentro con la muerte, sea física o psicológica. La mente egotista, el creador de este mundo, se derrumba. De las cenizas del viejo mundo, uno nuevo puede nacer.

No hay garantía, por supuesto, de que incluso una situación limite lo haga, pero el potencial está siempre ahí. La resistencia de algunas personas a lo que es se intensifica incluso en tal situación, y de esa forma se convierte en un descenso al infierno. En otros, puede haber sólo una entrega parcial, pero incluso eso les dará cierta profundidad y serenidad que no tenían antes. Partes de la cáscara del ego se rompen, lo que permite que pequeñas cantidades de brillo y paz que estaban más allá de la mente la traspasen. Las situaciones límite han producido muchos milagros. Ha habido asesinos condenados a muerte que en las últimas horas de su vida, esperando su ejecución, experimentaron el estado de no ego y la profunda paz y alegría que lo acompañan.

La resistencia interior a la situación en la que se encontraban se hizo tan intensa que produjo un sufrimiento insoportable y no había ningún sitio a donde huir ni nada que hacer para escapar de él, ni siquiera un futuro proyectado por la mente. Se vieron forzados a una aceptación completa de lo inaceptable. Se vieron forzados a la entrega. De esta forma, pudieron entrar en el estado de gracia con el que viene la redención: la liberación completa del pasado. Por supuesto, no es realmente la situación límite la que hace sitio al milagro de la gracia y la redención, sino el acto de entrega.

Siempre que lo golpee un desastre, o que algo ande muy «mal» – enfermedad, incapacidad, pérdida del hogar o la fortuna o de una identidad socialmente definida, ruptura de una relación cercana, muerte o sufrimiento de un ser amado, o la cercanía de su propia muerte – sepa que hay otra cara en ello, que usted está sólo a un paso de algo increíble: una transmutación alquímica del metal bajo del dolor y el sufrimiento en oro. Ese paso se llama entrega.

No quiero decir que usted se sentirá feliz en esa situación. No será así. Pero el miedo y el dolor se transmutarán en una paz interior y una serenidad que viene de un lugar muy profundo, de lo No Manifestado. Es la «paz de Dios, que sobrepasa toda comprensión». Comparada con eso, la felicidad es algo muy superficial. Con esta paz radiante viene la comprensión – no en el nivel de la mente sino en la profundidad de su Ser – de que usted es indestructible, inmortal. Esta no es una creencia. Es una absoluta certeza de que no necesita evidencia externa o prueba de alguna fuente secundaria.

TRANSFORMAR EL SUFRIMIENTO EN PAZ

Leí sobre un filósofo estoico de la antigua Grecia que cuando le dijeron que su hijo había

muerto en un accidente, respondió: «Sabía que no era inmortal». ¿Es esa la entrega? Si lo es, no la quiero. Hay algunas situaciones en las que la entrega parece antinatural e inhumana. Estar separado de los sentimientos no es entregarse. Pero no sabemos cuál era su estado interior cuando dijo esas palabras. En ciertas situaciones extremas, aún puede ser imposible para usted aceptar el ahora. Pero siempre tiene una segunda oportunidad en la entrega.

Su primera oportunidad es entregarse cada momento a la realidad de ese momento. Sabiendo que lo que es no puede deshacerse – porque ya es – usted dice sí a lo que es o acepta lo que no es. Entonces usted hace lo que tiene que hacer, lo que la situación requiera. Si usted vive en este estado de aceptación, no crea más negatividad, más sufrimiento, más infelicidad. Vive entonces en un estado de no resistencia, un estado de gracia y ligereza, libre de esfuerzo.

Siempre que sea incapaz de hacer esto, siempre que pierda esa oportunidad – bien porque no está generando suficiente presencia consciente para evitar que surja algún patrón de resistencia habitual e inconsciente, o porque la condición sea tan extrema que es absolutamente inaceptable para usted – usted está creando alguna forma de dolor, alguna forma de sufrimiento. Puede parecer que la situación es la que crea el sufrimiento, pero en últimas no es así, es su resistencia la que lo crea. Aquí está su segunda oportunidad para la entrega. Si usted no puede aceptar lo que hay afuera, acepte lo que hay adentro.

Si no puede aceptar la condición externa, acepte la condición interna. Esto significa: no se resista al dolor. Permítalo estar ahí. Entréguese a la pena, la desesperación o el miedo, la soledad o cualquier forma que el sufrimiento tome. Sea testigo sin etiquetarlo mentalmente. Abrácelo. Entonces vea cómo el milagro de la entrega transmuta el sufrimiento profundo en paz profunda. Esta es su crucifixión. Deje que se convierta en su resurrección y ascensión.

No veo cómo puede uno entregarse al sufrimiento. Como usted mismo señaló, el sufrimiento es una falta de entrega. ¿Cómo podría uno entregarse a la falta de entrega? Olvide la entrega por un momento. Cuando su dolor es profundo, toda charla sobre la entrega probablemente parecerá fútil y sin sentido, de todas formas. Cuando su dolor es profundo, usted probablemente tendrá una fuerte necesidad de escapar de él en lugar de entregarse a él. Usted no quiere sentir lo que siente. ¿Qué puede ser más normal? Pero no hay escapatoria, no hay modo de salir. Hay muchos pseudoescapes – el trabajo, la bebida, las drogas, la ira, la proyección, la supresión, etcétera – pero no lo liberan a usted del dolor.

El sufrimiento no disminuye en intensidad cuando usted lo hace inconsciente. Cuando usted niega el dolor emocional, todo lo que usted hace o piensa, así como sus relaciones se contaminan con él. Usted lo emite, por decirlo así, como la energía que emana y los demás lo recogerán subliminalmente. Si son inconscientes, pueden incluso sentirse empujados a atacarlo o hacerle daño en alguna forma, o usted puede herirlos en una proyección inconsciente de su dolor. Usted atrae y manifiesta lo que corresponde con su estado interior.

Cuando no hay salida, todavía hay un camino a través del dolor, así que no se aparte de él. Enfréntelo. Siéntalo plenamente. ¡Siéntalo, no piense en él! Expréselo si es necesario, pero no cree un guión sobre él en su mente. Déle toda su atención al sentimiento, no a la persona, evento o situación que parece haberlo causado. No deje que la mente use el dolor para crear una identidad de víctima en usted a partir de él. Sentir compasión de sí mismo y contarles a los demás su historia lo mantendrá atascado en el sufrimiento. Puesto que es imposible apartarse del sentimiento, la única posibilidad de cambio es entrar en él; de lo contrario, nada cambiará. Así que preste toda su atención a lo que siente y absténgase de clasificarlo mentalmente. Según entra en el sentimiento, esté intensamente alerta. Al principio, puede parecer un lugar oscuro y aterrador, y cuando surja el impulso de alejarse de él, obsérvelo, pero no actúe sobre él. Siga

poniendo su atención en el dolor, continúe sintiendo la tristeza, el miedo, el espanto, la soledad, lo que sea. Permanezca alerta, esté presente, presente con todo su Ser, con cada célula de su cuerpo. Mientras lo hace, está trayendo una luz a esta oscuridad. Es la llama de su conciencia.

En esta etapa usted no necesita preocuparse más de la entrega. Ya ha ocurrido. ¿Cómo? La atención plena es aceptación plena, es entrega. Al prestar atención plena, usted usa el poder del ahora, que es el poder de su presencia. En ella no puede sobrevivir ninguna bolsa de resistencia. La presencia suprime el tiempo. Sin tiempo, ningún sufrimiento ni negatividad puede sobrevivir.

La aceptación del sufrimiento es un viaje hacia la muerte. Enfrentar el dolor profundo, permitirle ser, llevar su atención a él, es entrar en la muerte conscientemente. Cuando usted ha sufrido esta muerte, se da cuenta de que no hay muerte y no hay nada que temer. Sólo el ego muere. Imagine un rayo de sol que ha olvidado que es una parte inseparable de él y se engaña a sí mismo creyendo que tiene que luchar para sobrevivir y crear y aferrarse a una identidad diferente que la del sol. ¿No sería increíblemente liberadora la muerte de ese engaño?

¿Quiere una muerte fácil? ¿Preferiría morir sin dolor, sin agonía? Entonces muera al pasado en cada momento y deje que la luz de su presencia brille fuera del ser pesado y atado al tiempo que usted pensaba que era «usted».

EL CAMINO DE LA CRUZ

Hay muchos relatos de personas que dicen que han encontrado a Dios a través de un sufrimiento profundo y existe la expresión cristiana «el camino de la cruz», que supongo se refiere a lo mismo. No nos ocupamos de otra cosa aquí. Hablando estrictamente, no encontraron a Dios por medio del sufrimiento, porque el sufrimiento implica resistencia. Encontraron a Dios por medio de la entrega a lo que fueron forzados por su intenso sufrimiento, por medio de la total aceptación de lo que es. Deben haber comprendido en algún nivel que su dolor era creado por ellos mismos.

¿Cómo se relaciona la entrega con encontrar a Dios?

Puesto que la resistencia es inseparable de la mente, el abandono de la resistencia – la entrega – es el fin de la mente como su amo, el impostor que pretende ser «usted», el falso Dios. Todo juicio y toda negatividad se disuelven. El reino del Ser, que había sido oscurecido por la mente, se abre entonces. Súbitamente surge dentro de usted una gran calma, una sensación de paz insondable. Y en esta paz, hay gran alegría. Y en esta alegría, hay amor. Y en el centro más profundo, está lo sagrado, lo inconmensurable, Aquello que no puede ser nombrado.

No hablo de encontrar a Dios, ¿porque cómo puede encontrar aquello que nunca estuvo perdido, la verdadera vida que usted es? La palabra Dios es limitadora, no sólo por miles de años de percepción y uso equivocados, sino también porque implica una entidad diferente de usted. Dios es el mismo Ser, no un ser. No puede haber relación sujeto-objeto aquí, ni dualidad, ni usted y Dios. La comprensión, el descubrimiento de Dios es la cosa más natural que hay. Lo asombroso e incomprensible no es que usted pueda hacerse consciente de Dios sino que no sea consciente de Dios.

El camino de la cruz que usted mencionó es el antiguo camino de la iluminación, y hasta hace poco era el único camino. Pero no lo deseche ni subestime su eficacia. Funciona todavía. El camino de la cruz es una inversión completa. Quiere decir que lo peor de su vida, su cruz, se convierte en lo mejor que jamás le haya ocurrido, al forzarlo a la entrega, a la «muerte», al obligarlo a convertirse en nada, a volverse Dios, porque Dios también es nada, no-cosa.

En estos tiempos, en lo que se refiere a la mayoría inconsciente de seres humanos, el camino de la cruz es el único camino. Sólo despertarán a través del sufrimiento, y la iluminación como fenómeno colectivo probablemente será precedida de grandes conmociones. Este proceso refleja el funcionamiento de ciertas leyes universales que gobiernan el crecimiento de la conciencia y así fue previsto por algunos videntes. Está descrito, entre otros lugares, en el Libro de la Revelación o Apocalipsis, aunque envuelto en una simbología oscura y a veces impenetrable. Este sufrimiento es infligido no por Dios sino por los seres humanos a sí mismos y unos a otros, así como por ciertas medidas defensivas que la Tierra, que es un organismo vivo, inteligente, va a tomar para protegerse del asalto de la locura humana.

Sin embargo, hay un número creciente de seres humanos hoy en día cuya conciencia está suficientemente evolucionada para no necesitar más sufrimiento antes de la realización de la iluminación. Usted puede ser uno de ellos.

La iluminación a través del sufrimiento – el camino de la cruz – significa ser forzado a entrar en el reino de los cielos gritando y pataleando. Usted finalmente se rinde porque no puede soportar más el dolor, pero el dolor podría continuar por mucho tiempo antes de que ocurra. La iluminación elegida conscientemente significa abandonar su apego al pasado y al futuro y convertir el Ahora en el punto principal de su vida. Significa morar en el estado de presencia más que en el tiempo. Significa decir sí a lo que es. Usted entonces no necesita más el dolor. ¿Cuánto más tiempo cree que necesitará antes de poder decir: «No voy a producir más dolor, más sufrimiento»? ¿Cuánto más dolor necesita antes de tomar esa decisión?

Si usted cree que necesita más tiempo, tendrá más, y más dolor. El tiempo y el dolor son inseparables.

EL PODER DE ELEGIR

¿Y que pasa con esas personas que realmente parece que quieren sufrir? Tengo una amiga cuyo compañero abusa físicamente de ella y su relación anterior fue similar. ¿Por qué elige tales hombres y por qué se niega a salir de esa situación ahora? ¿Por qué tantas personas eligen el dolor? Sé que la palabra elegir es un término favorito de la Nueva Era, pero no es completamente exacto en este contexto. Lleva a confusiones decir que alguien «elige» una relación disfuncional o cualquier otra situación negativa en su vida. La elección implica conciencia, un grado más alto de conciencia. Sin ella, usted no tiene elección. La elección comienza en el momento en que deja de identificarse con la mente y sus patrones condicionados, en el momento en que se vuelve presente. Hasta que alcanza ese punto, usted es inconsciente espiritualmente hablando.

Esto significa que usted se siente impelido a pensar, sentir y actuar de cierto modo, de acuerdo con el condicionamiento de su mente. Por eso Jesús dijo: «Perdónalos, porque no saben lo que hacen». Esto no tiene relación con la inteligencia en el sentido convencional de la palabra. He conocido muchas personas muy inteligentes y educadas que eran también completamente inconscientes, es decir, completamente identificadas con su mente. De hecho, si el desarrollo mental y del conocimiento no se equilibran con un crecimiento correspondiente de la conciencia, el potencial de infelicidad y desastre es muy grande. Su amiga está atrapada en una relación con un compañero abusador y no es la primera vez ¿Por qué? No tiene elección.

La mente, condicionada por el pasado, siempre busca recrear lo que conoce y con lo que está familiarizada. Incluso si es doloroso, al menos es familiar. La mente siempre se adhiere a lo conocido. Lo desconocido es peligroso porque no tiene control sobre ello. Por eso a la mente le desagrada e ignora el momento presente. La conciencia del momento presente crea una brecha, no sólo en la corriente de la mente

sino también en el continuo del pasadofuturo. Nada verdaderamente nuevo y creativo puede venir a este mundo excepto a través de la brecha, ese claro espacio de posibilidades infinitas.

Así pues su amiga, al estar identificada con su mente, puede estar recreando un patrón aprendido en el pasado, en el cual la intimidad y el abuso están inseparablemente ligados. También puede estar actuando de acuerdo con un patrón mental aprendido en su niñez temprana, según el cual ella no es digna y merece ser castigada. Es posible, también, que viva gran parte de su vida en el cuerpo del dolor, que siempre busca más dolor del cual alimentarse. Su compañero tiene sus propios patrones inconscientes, que complementan los de ella.

Por supuesto, su situación es creada por ella misma, ¿pero quién o qué es ese yo que está creándola? Un patrón mental-emocional del pasado, nada más. ¿Por qué convertirlo en la identidad propia? Si usted le dice que ha elegido su condición o situación, está reforzando su estado de identificación con la mente. ¿Pero su patrón mental es ella? ¿Es su propio ser? ¿Su verdadera identidad se deriva del pasado? Muéstrele a su amiga cómo ser la presencia observadora detrás de sus pensamientos y sus emociones. Háblele sobre el cuerpo del dolor y cómo liberarse de él. Enséñele el arte de la conciencia del cuerpo interior. Hágale ver el significado de la presencia.

Tan pronto como sea capaz de acceder al poder del Ahora y por lo tanto de abrirse paso a través de su pasado condicionado, tendrá elección. Nadie elige la disfunción, el conflicto, el dolor. Nadie elige la locura. Ocurren porque no hay suficiente presencia en usted para disolver el pasado, suficiente luz para disipar las tinieblas. Usted no está completamente aquí. Usted aún no ha despertado del todo. Mientras tanto, la mente condicionada sigue gobernando su vida. Similarmente, si usted es una de las muchas personas que tiene problemas con sus padres, si usted aún alberga resentimiento sobre algo que hicieron o no hicieron, entonces usted todavía cree que tenían elección, que podían haber actuado de forma diferente.

Siempre parece que las personas tienen una elección, pero se trata de una ilusión. Mientras su mente con sus patrones condicionados dirijan su vida, mientras usted sea su mente ¿qué elección tiene? Ninguna. Usted ni siquiera está ahí. El estado de identificación con la mente es gravemente disfuncional. Es una forma de locura. Casi todo el mundo sufre de esa enfermedad en grados diferentes. En el momento en que se dé cuenta de eso; no puede haber más resentimiento. ¿Cómo puede resentirse con la enfermedad de alguien? La única respuesta apropiada es la compasión.

¿Entonces eso significa que nadie es responsable de lo que hace? No me gusta esa idea.

Si usted es manejado por su mente, aunque no tiene elección aún sufrirá las consecuencias de su inconsciencia y creará un sufrimiento mayor. Usted llevará el peso del miedo, el conflicto, los problemas y el dolor. Eventualmente el sufrimiento creado así lo obligará a salir de su estado inconsciente.

Lo que usted dice sobre la elección también se refiere al perdón, supongo. Usted necesita estar completamente consciente y entregarse antes de poder perdonar. «Perdón» es un término que se ha usado durante dos mil años, pero la mayoría de las personas tiene una visión muy limitada de lo que significa. Usted no puede perdonarse verdaderamente, o perdonar a los demás, mientras derive su sentido de sí mismo del pasado. Sólo accediendo al poder del Ahora, que es su propio poder, puede haber verdadero perdón. Esto hace impotente al pasado y usted comprende profundamente que nada de lo que haya hecho o que le hayan hecho pudo siquiera tocar en lo más mínimo la esencia radiante de quien usted es. Todo el concepto de perdón se vuelve entonces innecesario.

¿Y cómo llego a este punto de realización?

Cuando se entrega a lo que es y así se vuelve completamente presente, el pasado deja de tener poder alguno. No lo necesita ya. La presencia es la clave. El Ahora es la clave.

¿Cómo sabré cuándo me he entregado?

Cuando ya no necesite hacer esa pregunta.